La Unción en el Ministerio Quíntuple
Existe una unción que viene sobre aquellos que Dios ha llamado y separado para el ministerio. Aunque es el mismo Espíritu Santo, la unción para pararse en un cierto oficio o ministerio es diferente a la unción que viene sobre todos los creyentes.
Con la unción uno estará mejor capacitado para enseñar, predicar o hacer otras cosas.
Como vimos al principio, en el Antiguo Testamento solo eran ungidos el profeta, el sacerdote y el rey; y luego vimos que Jesús tuvo los cinco oficios del ministerio del Nuevo Testamento durante su ministerio terrenal.
Aunque los oficios del ministerio quíntuple son los principales en la iglesia; en 1 Corintios 12 y Romanos 12 encontramos otra lista de dones ministeriales; sobre los cuales llega la unción en aquellos son llamados a ellos.
1 Corintios 12:28
28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
Romanos 12:6-8
6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
Puede ser que una persona pueda tener más de un oficio; pero igualmente necesita descubrir cuál es su oficio y cederse a él. Entonces será usado por Dios y tendrá excelencia en su llamado.
Dios no nos llamó a todos hacer lo mismo; a veces los ministros tratamos de ser aprendices de todo y maestros de nada; abarcamos mucho y la unción no está ahí para respaldarnos.
Por ese motivo la gente se mete en problemas, e intentan funcionar en un oficio al que no han sido llamados; lo cual es muy peligroso para ellos.
Es lo que ha pasado con las modas, en una época estaba de moda el ministerio del profeta, y un montón de pastores empezaron a decir que lo eran, pero no tenían la unción del profeta no los respaldaba, y caían en error.
Luego vino la moda de los apóstoles, todos querían ser apóstoles, pero no tenían la unción para serlo, y terminaron siendo "apóstoles de tarjeta", es decir, lo único que tenían de apóstol era la tarjeta, "apóstol fulano de tal". No había llamado, y mucho menos unción, solo problemas en las iglesias que les ofrecía su "cobertura apostólica".
Un amigo mío con un ministerio de profeta sobresaliente, de pronto quiso enseñar. Yo le he dicho más de una vez: "Tu no eres maestro, no tienes la unción, tu eres profeta, sigue tu unción"; pero no escucha, y ha traído confusión al cuerpo de Cristo.
En mi caso, me han pedido dos veces que sea pastor, y lo hice, pero me sentía incómodo, pues mi ministerio es de evangelista y principalmente maestro, y las iglesias se convertían en escuelas bíblicas, y se las deje a otras personas que tenían la unción. Debo seguir mi ministerio, la unción para la que Dios me llamó.
Nadie es llamado a hacer todo; nos necesitamos cada uno de nosotros; conozcamos nuestro lugar y unción ministerial.
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