domingo, 31 de octubre de 2021

Cuatro Grandes Palabras que Muestran lo Que Cristo Hizo Por Nosotros en la Cruz

Lo Que Cristo Hizo Por Nosotros en la Cruz


En Romanos 3:21-26 encontramos 4 grandes palabras que definen lo que Cristo hizo por nosotros en la Cruz.
Romanos 3:21-26 (Biblia Expandida de Fe)
21 Pero ahora, aparte e independientemente de la Ley, se ha manifestado abiertamente la justicia de Dios que es testificada y confirmada por la Ley y los Profetas;
22 la justicia de Dios, que es por la fe en Jesucristo, para todos los que creen. Porque no existe ninguna distinción ni diferencia
23 porque todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,
24 pero son justificados (declarados inocentes y hechos justos) gratuitamente por medio de su gracia (que es el favor y la buena voluntad de Dios hacia nosotros) provista por medio de la redención cumplida en Jesucristo (el Salvador Ungido)
25 quien fue puesto por Dios como instrumento de propiciación por medio de su propia sangre, a través de la fe.
26 De esa manera, Dios ha querido mostrar su justicia al haber pasado por alto en su paciencia nuestros pecados pasados para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea el justo y el justificador del que tiene fe en Jesús.
Estas 4 grandes palabras son gracia, propiciación, redención y justificación.
La gracia nos habla de la provisión gratuita de Dios para proveernos la salvación, la propiciación de la víctima sacrificial que Dios uso para proveerla, la redención del pago para lograrla y la justificación del efecto en los que la reciben.
1. Gracia
La primera gran palabra en cuanto a la salvación es la gracia.
A lo largo de mi vida cristiana he visto personas que tratan de justificarse ante Dios por medio de sus acciones. Buscan cumplir una serie de requisitos para alcanzar el favor de Dios, el problema es que no pueden cumplirlos.
Efesios 2:8-9 es uno de los versículos más conocidos en cuanto a la salvación: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; por obras, para que nadie se gloríe.”
El regalo de Dios es la salvación, la cual nos viene por gracia, no por medio de las obras, o es lo que nosotros hagamos sino lo que Dios proveyó para nosotros, lo cual lo recibimos por medio de la fe.
En Romanos 4 Pablo explica más acerca de esto:
Romanos 4:1-8
1 ¿Qué,  pues,  diremos que halló Abraham,  nuestro padre según la carne?
2 Porque si Abraham fue justificado por las obras,  tiene de qué gloriarse,  pero no para con Dios.
3 Porque  ¿qué dice la Escritura?  Creyó Abraham a Dios,  y le fue contado por justicia.
4 Pero al que obra,  no se le cuenta el salario como gracia,  sino como deuda;
5 mas al que no obra,  sino cree en aquel que justifica al impío,  su fe le es contada por justicia.
6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,
7 diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos.
8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.
El otro día debatía con una persona en internet que decía que una persona para ser llamada cristiana tenía que cumplir ciertos requisitos y mostrar el fruto. Yo le decía que si para ser cristiano tenías que mostrar frutos antes de convertirte por demás murió Cristo. El fruto viene como resultado de la salvación, no antes.
Eso es lo que nos muestra el ejemplo de Abraham, que nuestra justificación no es un asunto de obras sino de gracia; no es lo que nosotros hagamos sino lo que el proveyó.
Si fuese por nuestras obras o las cosas que hagamos ya no sería algo gratuito sino de un pago por las cosas que hemos hecho. Entonces podríamos hacer lo que dice Efesios 2:9, gloriarnos porque lo hemos logrado por nuestros propios medios.

2. Propiciación
La segunda gran palabra es la propiciación.
Hace un tiempo vi una película en la que en Hawaii trataban de tirar a una persona en un volcán y detener la ira de su Dios para que ese volcán no erupcione y destruya la isla.
Ese es el significado de la palabra propiciación, sacrificar una víctima para aplacar la ira de un Dios.
En Primera de Juan podemos ver dos pasajes en cuanto a la propiciación:
1 Juan 2:2, 4:10
2:2  Y él es la propiciación por nuestros pecados;  y no solamente por los nuestros,  sino también por los de todo el mundo.
4:10  En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios,  sino en que él nos amó a nosotros,  y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
Jesucristo es la víctima que Dios eligió como propiciación por nuestros pecados.
Vayamos a Génesis para ver la promesa de un sacrificio por nuestros pecados:
Génesis 22:1-14
1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.
5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos,  y volveremos a vosotros.
6 Y tomó Abraham la leña del holocausto,  y la puso sobre Isaac su hijo,  y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.
7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.
10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo,  tu único.
13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
En esta historia vemos la figura de la sustitución. Dios le había pedido a Abraham que le sacrifique su hijo Isaac. Y Abraham en obediencia fue para hacerlo. Al momento del sacrificio Dios le dijo que se detenga porque se había provisto de un cordero para hacerlo.
En los versículos 7 y 8 cuando Isaac le pregunta a su padre: “Donde está el cordero para el sacrificio”; Abraham le respondió: “Dios se proveerá un cordero para el sacrificio.”
Y eso es lo que hizo Dios, se proveyó de un Cordero para sacrificarlo como pago por nuestros pecados.

3. Redención
La tercera gran palabra que encontramos es redención.
Aquí la palabra redención es apolutrosis, esta palabra griega significa redención en pleno o liberación total contra el pago de un precio.
En la Biblia encontramos cuatro palabras griegas para redención: agorazo que significa el comprar en un mercado de esclavos; exagorazo que signica comprar para sacar del mercado de esclavos; lutroo que significa liberar mediante el pago de un precio; y, apolutrosis que significa la redención total mediante el pago de un precio.
Antes de venir Jesús, Satanás tenía el control del mercado de esclavos; ahora hemos sido redimidos; pero las personas que rechazan a Jesús siguen en ese mercado.
Veamos Romanos 6:17-20 para ver esto de manera más clara: “Pero gracias a Dios, ustedes, después de haber sido esclavos del pecado, han obedecido de corazón a la regla de doctrina que les ha sido transmitida y ahora, habiendo sido liberados del pecado, han llegado a ser esclavos de la justicia. Voy a hablarles en términos humanos, teniendo en cuenta la debilidad natural de su carne. Si antes entregaron sus miembros físicos, haciéndolos esclavos de la impureza y de la iniquidad cada vez mayor, pónganlos ahora al servicio de la justicia que lleva a la santificación. Porque cuando eran esclavos del pecado, ustedes estaban libres con respecto de la justicia” (Biblia Expandida de Fe).
Este pasaje nos da una idea muy clara de lo que pasaba antes de conocer a Jesús, estábamos en ese mercado de esclavo; esclavizados completamente al pecado; pero al recibir a Jesús y nacer de nuevo hubo un cambio; fuimos quitados de ese mercado y dejamos de ser esclavos del pecado; ahora somos esclavos de la justicia.
Wuest nos dice de la palabra exagorazo“La segunda palabra que Pablo usa (para redención) es exagorazo; el comprar a un esclavo sacándolo del mercado. El esclavo de nacimiento del Señor Jesús es comprado no solo para ser su esclavo, sino que es comprado para salir del mercado de esclavos, para nunca volver a ponerlo en venta en ningún mercado de esclavos. Se vuelve esclavo del Señor Jesús por el tiempo y la eternidad.”
En Gálatas 3:13 podemos ver la aplicación de esta palabra: “Cristo compró nuestra libertad [redimiéndonos] de la maldición (el destino funesto) de la Ley [y su condenación] por [Si mismo] al hacerse maldición por nosotros, como está escrito [en las Escrituras], Maldito todo el que es colgado de un árbol (es crucificado)” (Biblia Amplificada).
Cristo nos sacó de la maldición de la ley para que nunca más volviéramos a estar en ella, es decir nos hizo completamente libres.
En 1 Pedro 1:18-19 dice: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.”
La palabra rescatar es lutroo que como vimos significa redimir. Hemos sido redimidos por un gran precio, la sangre de Jesucristo.
En los mercados de esclavos, estos eran comprados con monedas de oro o plata, pero para sacarnos de la esclavitud del reino de tinieblas en el cual vivíamos, Jesucristo mismo derramó su sangre y murió por nosotros.
En Efesios 1:7 dice: “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.”
Aquí la palabra redención es apolutrosis y nos muestra la liberación total de la culpa por los pecados, es decir, nuestra completa y total libertad del pecado por el pago del gran precio que fue la sangre de Jesucristo.
En Hebreos 9:15 dice: “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.”
Aquí la palabra remisión es apolutrosis y nos muestra, que a diferencia del primer pacto donde solo eran cubiertos los pecados de sacrificio en sacrificio, por medio de la muerte de Jesús no solo hemos sido hechos libres de las consecuencias del pecado, sino del pecado mismo.
Hemos sido hechos totalmente libres del pecado y sus consecuencias.
Nosotros estábamos en el mercado de esclavos de Satanás, muertos espiritualmente y viviendo y viviendo bajo maldición; Cristo nos redimió, pagando con su preciosa sangre, para que nunca más tengamos que volver a estar bajo el yugo de Satanás. 

4. Justificación
Nuestra cuarta palabra es justificación.
Vine define la justificación de esta manera: “La justificación la absolución legal y formal de toda culpa por parte de Dios como Juez, siendo el pecador pronunciado justo al creer en el Señor Jesucristo.”
A los ojos de Dios nosotros ya no somos culpables sino inocente; legalmente Dios nos declaró inocentes y nos hizo justos.
En 2 Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
En el derecho existe la figura legal de la cosa juzgada, es decir, si una persona fue juzgada y condenada por un delito, otra persona no puede ser juzgada y condenada por el mismo delito, ya es una cosa juzgada.
Jesús que no conoció pecado por nosotros fue hecho pecado para que Dios pudiera declararnos inocentes y hacernos justos.
Dos hermanos gemelos vivían en un país donde estaba vigente la pena de muerte.
Uno de los dos era una persona tranquila y honrada, jamás había tenido un problema con la ley, pero el otro era todo lo contrario, problemático, vividor delincuente.
Un día el hermano problemático llegó a la casa de su hermano asustado, con la camisa llena de sangre y un cuchillo en la mano, acababa de matar a otra persona; sin preguntar el hermano tranquilo le dijo: “Dame tu camisa y el cuchillo y escóndete en mi cuarto.” Su hermano hizo lo que le dijo, y cuando se escondió, el otro se puso la camisa ensangrentada y agarró el cuchillo.
De pronto la policía llegó a su casa y al verlo con la camisa ensangrentada y el cuchillo lo encarcelaron.
Al día siguiente lo llevaron ante el juez y él se negó a responder las preguntas. Llegaron los testigos y lo reconocieron, tenían además la camisa ensangrentada y el cuchillo con que se cometió el crimen.
Por el peso de las pruebas rápidamente fue condenado a muerte, pena que se cumplió al día siguiente.
Cuando se enteró el hermano asesino, fue a entregarse arrepentido, diciendo: “Condénenme a mí también, yo fui el verdadero asesino.”
El juez le dijo: “Ya no se puede hacer nada, dos personas no pueden recibir el mismo castigo por el mismo castigo, es cosa juzgada.”
En 2 Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.”  
Por medio de la obra completa de Cristo en la cruz es que nosotros fuimos justificados para con Dios.
La justificación es el acto legal por medio del cual Dios nos declaró inocentes y nos hizo justos, lo que nos hizo estar en una posición correcta con Dios por medio de la obra consumada de Jesucristo.
No tiene para nada que ver con nuestros propios méritos, nada que hayamos hecho sería capaz de justificarnos, es por medio de la “cosa juzgada” que nosotros fuimos hechos libres del pecado y sus consecuencias.
Hebreos 10:19-22
19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
Ahora que tenemos libertad y pleno acceso para entrar a la misma presencia de Dios por la obra de Jesucristo en la cruz entremos confiadamente porque ya no hay nada que nos separe de Dios. El pecado y la culpa ya fueron quitados, Dios ya nos declaró inocentes y nos hizo justos.

Ricardo Botto

sábado, 30 de octubre de 2021

¿Un creyente puede cometer el pecado imperdonable?



Un joven creyente colocó esto en un grupo de facebook:

"¿Cuál es la Blasfemia contra el Espíritu Santo? Es que yo a veces he tenido malos pensamientos... pero hay veces en que se me sale de la mente..... maldito es.... ya saben... y pues yo tengo mucho miedo de haber cometido el pecado imperdonable".

Me sorprendió lo rápido que son los cristianos para condenar a otros que están pasando por un momento de ansiedad.

Varios ya lo estaban mandando al infierno, así que yo coloqué lo siguiente:

"Si hubieras cometido el "pecado imperdonable" Dios no estaría tratando contigo. Es el diablo quien te trae ese tonto pensamiento".

El asunto para entender el "pecado imperdonable" se encuentra en las Escrituras mismas.

El término "Blasfemia contra el Espíritu Santo" aparece solo 2 veces en la Biblia durante el ministerio de Jesús en los evangelios de Mateo y Marcos.

Marcos 3:22-30
22 Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
23 Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? 
24 Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. 
25 Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
26 Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.
27 Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.
28 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean;
29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.
30 Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.

Esta misma historia la encontramos en Mateo:

Mateo 12:22-32
22 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.
23 Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?
24 Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
25 Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?
27 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.
29 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.
30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.
32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

Veamos que es lo que está pasando en esta historia:

1. Jesús acaba de sanar un endemoniado mudo y sordo.

2. Como la gente estaba asombrada los fariseos y los escribas empiezan a decir que Jesús estaba echando los demonios por obra de Satanás.

3. Jesús les dice que Él echaba los demonios por el Espíritu Santo.

4. Jesús les dice que la Blasfemia del Espíritu Santo es el único pecado que no tiene perdón.

Entonces, ¿cuál era la blasfemia contra el Espíritu Santo?

Atribuirle a Satanás la obra del Espíritu Santo.

Los escribas y fariseos al hacer esto estaban rechazando al Mesías que Dios les había enviado, y al hacer esto lo que en realidad estaba sucediendo era que estaban rechazando su oportunidad de salvación.

Notemos que este pecado no se vuelve a nombrar en la Biblia, no se toca en ninguna Escritura respecto a la iglesia.

¿Un creyente puede blasfemar contra el Espíritu Santo? 

No vivas asustado, no hay ninguna evidencia en la Biblia, así que no puede sustentarse esa posición.

Pero la pregunta es, ¿existe algún pecado imperdonable?

Lamentablemente si, pero este pecado no es para el creyente en Cristo.

Juan 16:7-9
7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
9 De pecado, por cuanto no creen en mí.

La persona que no se deja convencer por el Espíritu, y no creer en Jesús rechazarlo está perdiendo su oportunidad de salvación.

Dios ya proveyó una salvación gratuita para todos los hombres, solo deben creer en Jesucristo, pero si rechazan su oportunidad de salvación, Dios ya no puede hacer nada por ellos.

Jesús lo colocó de esta manera:

Juan 3:16-18
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

La salvación está provista para todos los hombres, él que cree en Jesús alcanza la salvación pero él que lo rechaza ya ha sido condenado por no creer en Jesús.

La buena noticia es que si aún no has creído en Jesús puedes hacerlo hoy recibir la vida eterna.

El apóstol Pablo lo escribió de una manera muy sencilla:

Romanos 10:8-10
8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Solo debes creer que Jesús resucitó de los muertos y que es el Señor y declararlo con tu boca.

Has esta oración conmigo y recibe hoy a Jesús en tu corazón:

"Jesús, te doy las gracias por venir al mundo y morir por mi en la cruz; he decidido creer que resucitaste de los muertos y confesarte como mi Señor. Así que te recibo hoy como mi Salvador y declaro Señor de mi vida. Amén."


Ricardo Botto

Entendiendo la Unción - Clase 11 - Como Aumentar tu Unción


Clase 11
Como Aumentar tu Unción

Si una persona está llamada a un oficio habrá una unción sobre ella aunque no la reconozca; y sin importar en que oficio esté llamado, uno puede hacer algo para determinar el grado de unción que tenga.

Uno puede prepararse para la unción; si no viene sobre uno es que no se ha preparado. Incluso la unción puede llegar a incrementarse.

Uno incrementa la unción al estudiar la Palabra y orar; también la unción puede decrecer si uno es negligente en estudiar la Palabra y orar.

2 Timoteo 2:15
15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

Me gusta la Versión King James que dice: “Estudia para presentarte aprobado a Dios....”

Un ministro que no estudia será avergonzado, porque la gente se dará cuenta de ello, y él perderá la unción o no estará en manifestación. Pero si hace su parte, esto no sucederá.

Cuando estudias y oras, cuando te levantas en fe, la unción vendrá.

En mi vida me he dado cuenta que cuando me levanto y empiezo en fe, la unción viene; por lo general, sencillamente empiezo con mis notas y de pronto la unción está ahí, sea para enseñar o predicar. Yo empiezo en fe y aunque no sienta nada especial la unción nunca falla en manifestarse.

Estoy seguro que te has dado cuenta de que has visto ministros pararse en su oficio que estén más o menos ungidos que otros con el mismo oficio; y has visto ministros que estén más ungidos en algunas ocasiones. 

Esto sucede porque hay áreas y grados de unciones.

Por ejemplo, recordemos la historia de Elías y Eliseo.

Elías y Eliseo fueron dos profetas del Antiguo Testamento; cuando Elías estaba por partir, Eliseo le pidió recibir una doble porción de su unción; eso no significaba tener dos Espíritus Santos, ya que solo hay uno.

Esta doble porción a la que se refería Eliseo era una doble porción de la unción que tenía Elías para pararse en el mismo oficio.

Eliseo podía hacer este pedido ya que también estaba parado en el oficio del profeta. Esta medida de unción no estaba disponible para alguien que no estuviese llamado a ese oficio.

Por ejemplo, si eres llamado para ser pastor no necesitas la unción de un profeta, sino la de otro ministro que esté parado en el mismo oficio.


Como Recibir un Manto

En los círculos cristianos se habla mucho de recibir el manto de otro ministro; cuando parte un ministro a la presencia del Señor, los ministros se preguntan: ¿Quién recibirá su manto? 

¿De qué están hablando?

En 1 Reyes 19:19 encontramos la respuesta: “Partiendo él de allí,  halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto.”

En este pasaje el manto era el símbolo de ese oficio; era como un sinónimo de la unción del Espíritu Santo; era una muestra que el Espíritu Santo venía sobre Eliseo, pero no era la unción en si misma; era un símbolo del Espíritu Santo y el poder de Dios.

El manto cubre al ministro para que pueda ministrar bajo la unción que va con el oficio o llamado que Dios le dio.

A veces la unción viene como si vistiera un abrigo, aunque no lo lleve puesto; es el poder de Dios que te envuelve y te hace sentir así. 

Sigamos viendo la historia para ver cómo obtener un manto.

1 Reyes 19:20
20  Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve;  ¿qué te he hecho yo?

Elías le estaba diciendo: “Si vas a poner otras cosas primero, sin importar lo legítimas que sean, no disfrutarás de la plenitud de la unción de Dios.”

Eliseo no regresó para darles un beso de despedida a sus padres; sino que tomó su yugo de bueyes, los mató y cocinó y dio de comer a la gente con ellos; después de eso se fue tras Elías para servirlo.

2 Reyes 20:21
21 Y se volvió, y tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.

Lo que hizo Eliseo fue quemar sus puentes, se colocó en una posición de no poder volver atrás, rompió con su pasado a fin de poder servir a Elías y cumplir su ministerio.

Sigamos con la historia:

2 Reyes 2:1-2
1 Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal.
2 Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues,  a Bet-el. 

Eliseo estaba siguiendo muy de cerca a Elías; Elías intentaba de convencerlo para que se aleje; Dios estaba probando a Eliseo, a través de Elías, con un propósito; quería asegurarse que Eliseo tenía lo que se necesitaba para recibir la unción. Pero vemos aquí lo que Eliseo le dijo: “Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.”

Finalmente Eliseo llegó al lugar que quería, veamos el verso 9:

2 Reyes 2:9
9 Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.

Eliseo quería una doble porción de la unción de Dios para levantarse en el oficio de profeta. Dios unge hombres y mujeres para el ministerio, pero algunos pueden ser más ungidos que otros. 

En el verso 10, Elías le dijo: “Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no.”
 
Sigamos viendo la historia:

2 Reyes 2:11-13
11 Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.
12 Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes.
13 Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán.

Eliseo se mantuvo firme al lado de Elías y estaba con el cuando fue subido al cielo.

En el verso 12 vemos algo muy interesante, antes de tomar el manto de Elías, Eliseo se quitó su ropa y la partió en dos partes; luego levantó el manto de Elías y se lo puso, porque ese manto cubría a toda la persona.

Así que Eliseo vio cuando Elías fue llevado al cielo y obtuvo la doble porción del Espíritu de Elías para levantarse en el oficio de profeta.

Si leemos el relato de la vida de Eliseo veremos que en su vida hizo el doble de milagros que los que ocurrieron con Elías

Al estudiar esta historia aprendemos algo acerca de obtener la unción; Eliseo permaneció con Elías; no dejo que el profeta se aleje de su vista; lo siguió muy de cerca; obtuvo el mismo espíritu de Elías.

La misma unción o el mismo espíritu, vienen por asociación; estar en el mismo entorno o por influencia.

Es estar asociado junto a un hombre de Dios nos permite obtener el mismo tipo de unción que tiene; no puedes estar junto a alguien sin que se te peguen sus características.

Otra forma es por estar en el mismo entorno o ambiente, si vas a las mismas reuniones del hombre de Dios que sigues, y bajo sus enseñanzas, tarde o temprano se te pegará lo que tiene.

Una tercera manera es por influencia, puede ser que no estés cerca del ministro por no estar asociado o no poder estar en sus reuniones, pero puede influenciar tu vida estudiando sus libros, oyendo los audios o viendo los videos de sus prédicas.

Entonces, ¿cómo es que Eliseo obtuvo la doble porción de Elías? Por seguirlo muy de cerca.

Es un hecho que serás guiado a seguir a ciertos ministros, pero hay ciertas cosas que los ministros deben ser advertidos en esto.

Si vas a seguir a alguien, asegúrate que está siguiendo al Señor; si ellos se apartan tan solo un poquito, no sigas eso; aprende de la fe de ellos, pero no los sigas tan de cerca.

Recuerda estas tres cosas:

Primero: Ten el llamado de Dios en tu vida.

Segundo: Sigue al Señor Jesús, quien es la cabeza de la iglesia, muy muy de cerca.

Tercero: Si quieres el mismo tipo de ministerio que otro tiene, sigue ese ministerio muy de cerca.

Si el deseo por eso está en tu corazón, por lo general Dios lo puso; pero el manto no caerá automáticamente sobre ti.

Necesitamos ser cuidadosos de a quien seguimos en el ministerio; un joven que sigue muy de cerca a otro hombre, cometerá los mismos errores. Aprende lo que puedas pero mira siempre su doctrina.

Recuerda lo que dijo Pablo en 1 Corintios 11:1: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.”

Mientras el ministro que sigas, siga a Cristo, eso será seguro para ti.

viernes, 29 de octubre de 2021

Entendiendo la Unción - Clase 10 - La Unción sobre el Ministerio del Maestro


Clase 10
La Unción sobre el Ministerio del Maestro

La unción del maestro no es la misma que el discipular a la gente enseñándoles verdades básicas o ser maestro de escuela dominical; es el mismo Espíritu pero la unción es multiplicada en mayor grado.

El maestro fluye en la unción de enseñar; y aunque a veces lo haga a ritmo de prédica, siempre estará enseñando a la gente.

Hemos visto que la unción de enseñar explica la Palabra de una manera clara de modo que la gente pueda entender lo que dice en ella.


En Gálatas 3:1 Pablo les dice a los creyentes de esta ciudad: “¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad,  a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?

La unción del maestro presenta claramente las Escrituras de modo que la gente pueda entender lo que dice en ellas.

Es lo que pasó en el camino de Emaús, veamos lo que dijeron los discípulos:

Lucas 24:32
32  Y se decían el uno al otro:  ¿No ardía nuestro corazón en nosotros,  mientras nos hablaba en el camino,  y cuando nos abría las Escrituras?

La Palabra enseñada por el maestro siempre toca el corazón de la gente.

Otra cosa que hace el maestro es enseñar toda la Escritura

Lucas 24:25-27
27  Entonces él les dijo:  ¡Oh insensatos,  y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
26  ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas,  y que entrara en su gloria?
27  Y comenzando desde Moisés,  y siguiendo por todos los profetas,  les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

El maestro no solo toma un pasaje de la Escritura sino que va por toda para que las personas puedan entender la verdad en ella.

Veamos el verso 27 en otras versiones para entender un poco más la unción del maestro.

Arcas y Fernández
Y, empezando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les EXPLICÓ a cada uno de los pasajes de las Escrituras que se referían a él mismo.

Biblia al Día
Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les EXPLICÓ lo que se refería a él en todas las Escrituras.

Biblia en Lenguaje Sencillo
Luego Jesús les EXPLICÓ todo lo que la Biblia decía acerca de él. Empezó con los libros de la ley de Moisés y siguió con los libros de los profetas.

Biblia Latinoamericana
Y les INTERPRETÓ lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas.

Castillian 2003
Y comenzando por Moisés, y continuando por todos los profetas, les fue INTERPRETANDO todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.

Estos versos nos muestran más claramente el maestro, explica e interpreta lo que dice la Biblia en su conjunto acerca de un tema.

Una cosa que he visto en el don del maestro, que es uno los que tengo, es que el don de profecía opera fuertemente en su ministerio, y que muchas veces al compartir la Palabra la enseñanza llega por inspiración trayendo revelación de lo que está escrito en la Palabra a los oyentes

Algo más es que aunque trae revelación, la fuente de la revelación es la Biblia y nunca trae revelación fuera de ella.

Podemos ver las siguientes características del maestro:

1.Tiene la unción de enseñanza en su ministerio

2. Su fuente de enseñanza es la Biblia y no se sale de ella

3. En su ministerio explica e interpreta la Biblia

4. Fluye con el don de profecía mientras enseña para edificar, consolar y exhortar a la gente