martes, 5 de octubre de 2021

El Ministerio del Profeta en la Iglesia de Hoy

Realmente es sorprendente que la gente no entienda el ministerio del profeta en el Nuevo Testamento, tienen la tonta idea que es lo mismo que en el Antiguo Testamento, pero peor aún piensan que son similares a los pseudo profetas del mundo y que tienen que dar predicciones de eventos futuros. Como decían las abuelas "la ignorancia es atrevida".

Primero vamos a establecer el propósito del ministerio del profeta en el Nuevo Testamento usando la Biblia.

En Efesios 4:11-16 dice: ""Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor".

Lo primero que dice es que Jesús fue el que los constituyó. Como dice en Efesios 4:8: "Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres".

Después de su resurrección y su ascensión Jesús dio dones de ministerio a los hombres, y entre esos dones estaba el don del profeta, como un don de ministerio de ministerio para la iglesia.

Esto podemos ver en 1 Corintios 12:28 que Dios es el que puso a los profetas en la iglesia: "Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas".

Así que no podemos estas diciendo que los apóstoles terminaron con Juan el Bautista porque aquí los pone posteriores a su muerte.

Lo segundo que vemos es el propósito para que los constituyó Jesus: "A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo". 

Wuest comenta acerca del propósito de estos dones: "Estos hombres dotados han sido dados a la Iglesia "para el perfeccionamiento de los santos". La palabra "perfeccionar" es katartizō, "equipar para el servicio". Estos hombres dotados deben especializarse en equipar a los santos para "la obra del ministerio", es decir, para la obra de ministerio, en resumen, el servicio cristiano. Esto es para que el Cuerpo de Cristo, la iglesia pueda edificarse añadiendo miembros a las almas perdidas que se salvan y edificando santos individuales".

Robertson nos dice al definir la palabra katartizo: "Para la reparación (remendar) de los santos". Vincent nos dice que aquí se encuentra la idea radical de un ajuste.

Como creyentes llegamos prácticamente sin conocer nada, sin saber como hacer bien las cosas, y los ministerios, incluido el del profeta, están para equiparnos, haciendo las "reparacionesnecesarias, y los ajustes precisos para que estemos en el punto que cumplamos con la obra del ministerio, que según 2 Corintios 5:18-20 es el ministerio de la reconciliación, es decir, ser embajadores de Cristo predicando en todas partes.

Otra parte importante de este ministerios es edificar a los creyentes colocando el fundamento que es Cristo. En Efesios 2:20 podemos ver la importancia del ministerio del profeta en esto: "Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo".

Y lo tercero que vemos es la duración de este ministerio: "hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo".

Es evidente que hasta ahora no hemos llegado a la unidad de la fe pues tenemos los mismos problemas que tenían entonces como vemos en 1 Corintios 3:1-4 donde dice: "De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?". 

Es más que evidente que no habían llegado a la unidad de la fe; y pensar que ellos habían sido enseñados por Pablo mismo, así que no me vengan con que hemos llegado aún a la unidad de la fe, eso llegará cuando Cristo venga.

Cómo era entonces aún es hoy necesario el ministerio para hacer las reparaciones y ajustes necesarios en el cuerpo de Cristo, guiando siempre a la principal piedra del ángulo que es Jesucristo mismo.

Concluimos que los profetas se encuentran en la iglesia de hoy. 

 




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