Clase 3
La Unción del Espíritu Santo En el Creyente
El Nuevo Nacimiento
Muchos creyentes piensan que cuando reciben a Jesús, reciben toda la experiencia que tendrán en su vida con el Espíritu Santo que tendrán en su vida. Nada más lejos de la verdad.
Al momento de recibir a Jesús recibimos al Espíritu Santo; que viene a ser las arras de nuestra herencia; es decir la garantía que tenemos la vida eterna
Efesios 1:13-14 (RV60)
13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Efesios 1:14 (BL95)
14 Que es el anticipo de nuestra herencia. Por él va liberando al pueblo que hizo suyo, para que al fin sea alabada su Gloria.
Efesios 1:14 (PDT)
14 El Espíritu es como un adelanto o una garantía de que recibiremos lo que Dios prometió. La promesa de Dios llegará cuando se complete nuestra liberación, y así podremos alabar a Dios por su grandeza.
Efesios 1:14 (BLS)
14 Lo recibieron como prueba de que Dios cumplirá su promesa cuando haya liberado totalmente a los que formamos su pueblo. Por eso, alabamos la grandeza de Dios.
Estas arras son un adelanto, anticipo y prueba que nos garantiza que recibiremos la herencia que nos ha prometido.
Tener el Espíritu Santo es lo que nos hace hijos de Dios.
Juan 4:13-14 (RV60)
13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Juan 4:14 (Castillian)
14 En cambio, nunca más tendrá sed aquel que beba del agua que yo ofrezco, porque el agua que yo le daré se convertirá en su interior en una fuente inagotable de vida eterna.
Juan 4:14 (DHH)
14 Pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna.
La primera obra del Espíritu Santo en el creyente es el nuevo nacimiento, el el cual el Espíritu Santo viene a vivir en el interior del creyente.
Juan 14:15-17 (RV60)
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Jesús les dijo a sus discípulos que el Espíritu Santo moraba con ellos pero que muy pronto iba a estar dentro de ellos.
Ezequiel 36:26-27 (RV60)
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Esta es la promesa que Dios había hecho a través del profeta Ezequiel, que el Espíritu Santo iba a vivir en los creyentes.
El hombre estaba muerto espiritualmente debido al pecado, su corazón estaba muerto y era como una piedra, pero Dios prometió un cambio el corazón del hombre iba a ser renacido.
Esto fue lo que Jesús le explicó a Nicodemo en Juan 3:
Juan 3:1-8 (RV60)
1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Evidentemente Nicodemo no entendió lo que le estaba diciendo Jesús. Pensaba que Jesús estaba hablando de un nacimiento físico; pero Jesús le empieza a explicar que estaba hablando del renacimiento del espíritu humano.
Jesús le siguió explicando más del plan de salvación
Juan 3:9-15 (RV60)
9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Aquí encontramos el plan de salvación; primero le dice que Él es el enviado, el Hijo de Dios, que descendió del cielo para traer salvación a los hombres.
Luego le dice que Él tenía que tomar la naturaleza pecaminosa y satánica del hombre a fin de poder ser nuestro substituto y morir por nosotros en la cruz.
El toma la figura de la serpiente de bronce que Moisés hizo en el desierto para salvar al pueblo de Israel de la picadura de las serpientes.
Números 21:4-9 (NVI)
4 Los israelitas salieron del monte Hor por la ruta del Mar Rojo, bordeando el territorio de Edom. En el camino se impacientaron
5 y comenzaron a hablar contra Dios y contra Moisés: ¿Para qué nos trajeron ustedes de Egipto a morir en este desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua! ¡Ya estamos hartos de esta pésima comida!
6 Por eso el Señor mandó contra ellos serpientes venenosas, para que los mordieran, y muchos israelitas murieron.
7 El pueblo se acercó entonces a Moisés, y le dijo: Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Ruégale al Señor que nos quite esas serpientes. Moisés intercedió por el pueblo,
8 y el Señor le dijo: Hazte una serpiente, y ponla en un asta. Todos los que sean mordidos y la miren, vivirán.
9 Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un asta. Los que eran mordidos, miraban a la serpiente de bronce y vivían.
La serpiente de bronce colgada de un hasta tiene varias simbologías: la serpiente es un tipo de Satanás, el asta en que fue colgada significa la maldición y el bronce nos habla de la naturaleza humana.
Gálatas 3:13 (Castillian)
13 Pero Cristo nos ha liberado de la maldición de la ley mosaica, cargando sobre sí mismo, al morir en la cruz, la maldición que a nosotros nos correspondía, porque dicen las Escrituras: "Maldito el que muere colgado en un madero".
Gálatas 3:13 (JER)
13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: “Maldito todo el que está colgado de un madero.”
Jesús en la cruz tomó nuestra naturaleza de pecado, que era la naturaleza del diablo y se hizo maldición por nosotros para poder darnos vida.
2 Corintios 5:21(BL95)
21 Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometió pecado, para que así nosotros participáramos en él de la justicia y perfección de Dios.
2 Corintios 5:21(BLS)
21 Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo.
2 Corintios 5:21(Castillian)
21 Porque Dios tomó a Cristo, que de sí mismo no conocía el pecado, y le hizo cargar con el nuestro como si fuera suyo; de esta forma, a nosotros, libres ya de toda culpa, Dios nos declara justos.
2 Corintios 5:21(LXX)
21 Al que no conocía pecado, por nosotros pecado hizo, para que nosotros nos hiciésemos justicia de Dios en él.
2 Corintios 5:21(DHH)
21 Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo.
Jesús que nunca conoció ni cometió pecado, Dios hizo que por nosotros tome, cargue y se haga pecado, para de esa manera nos declare inocentes y justos, para poder participar de su justicia y perfección.
Eso ocurrió cuando Jesús fue levantado en la cruz como la serpiente de bronce en el asta; Él tomó nuestra naturaleza en si mismo y se hizo pecador para poder declararnos justos delante de Dios.
Volvamos a Ezequiel 36:
Ezequiel 36:26-27 (NBLH)
26 "Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne.
27 "Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas.
En el nuevo nacimiento, al recibir nuestra justificación, Dios coloca su Espíritu en nosotros y recibimos un nuevo espíritu eso fue lo que sucedió con los apóstoles:
Juan 20:19-22 (Castillian)
19 Aquel mismo día primero de la semana, al caer la noche, se reunieron los discípulos. Tenían las puertas cerradas por temor a los dirigentes judíos, pero de pronto se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ¡Paz a vosotros!
20 Después les mostró las manos y el costado, y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Él siguió diciéndoles:
21 Del mismo modo que el Padre me envió, también yo os envío a vosotros.
22 En seguida sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
En ese momento los discípulos nacieron de nuevo. Cuando Jesús sopló sobre ellos y les dijo “Recibid el Espíritu Santo”, y ellos recibieron el Espíritu Santo.
En ese momento ellos nacieron de nuevo.
Cristo el Ungido en el Creyente
Si eres un creyente nacido de nuevo, tú estás en Cristo, si Cristo en ti tú estás en Él.
La palabra Cristo significa "el ungido" y si estás en Cristo significa que estás en el Ungido y en su unción.
En 1 Juan 2:20 y 27 dice que la unción está en ti.
1 Juan 2:20, 27 (RV60)
20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.
La unción del Espíritu Santo está sobre ti y la unción permanece. La unción no se va, la unción permanece en ti.
La unción está siempre contigo; si caminas para adelante la unción está contigo; si caminas para atrás la unción sigue contigo, si vas para el costado la unción continúa a tu lado. Si te acuestas la unción sigue ahí y cuando te levantas también.
En Efesios 1:13-14 dice lo siguiente: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria."
Cuando tú recibiste a Jesús fuiste sellado con el Espíritu Santo de la promesa. Esto no es el bautismo con el Espíritu que recibiste posteriormente; sino que en ese momento recibiste a la persona del Espíritu Santo en tí.
Al nacer de nuevo el Espíritu Santo vino a morar en ti; y cuando vino el Espíritu Santo vino la unción sobre ti; por ese motivo es que tú y yo tenemos la unción.
Tú no tendrás la unción, ¡tú ya la tienes!
¿Qué es la unción? Es el poder de Dios para hacer lo que no puedes hacer; el poder de Dios que te capacita para hacer algo.
La palabra unción es sinónimo de la palabra untar.
A quien no le gusta el pan con mantequilla, es una de las cosas que más me gusta; me pueden colocar palta, jamón, pate o mermelada y mí preferida siempre será la mantequilla.
¿Qué sucede cuando colocamos la mantequilla a un pan? ¿Cómo queda la mantequilla? Quedan juntos, unidos, pegados.
Si le echamos mantequilla a un pan, ¿se la podemos quitar? no podremos hacerlo, por más que tratemos y tratemos la mantequilla siempre quedará pegada al pan.
Es lo mismo que pasa contigo; tú estás en Cristo; Cristo está en ti, su unción está pegada en ti.
Un predicador decía una vez: "El Espíritu Santo está contigo cuando tú manejas, pero cuando empiezas a manejar a más de 100 kilómetros por hora se va."
Eso es una gran falsedad; el Espíritu Santo sigue contigo; y si vas a 200 kilómetros por hora sigue contigo; y si aceleras a 300 kilómetros por hora sigue ahí, y si llegas a los 500 kilómetros por hora y chocas y te matas, y te vas al cielo; el Espíritu Santo estuvo contigo todo el tiempo, no se va en ningún momento.
El Espíritu Santo está morando en ti, la unción está sobre ti.
Ahora, lo que debemos entender es que la unción viene sobre nosotros y nos capacita para hacer algo. La unción no es solo para nosotros es también para llevarla a los demás. La unción que Dios te dio no es solo para tí sino también para que la lleves a otros lados; para poder ministrar a otras personas.
En Hechos 10:38 dice: "Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él."
Dios ungió a Jesús de Nazaret con un propósito, en este caso particular para hacer bienes y sanar a todos los oprimidos por el diablo.
La unción vino sobre Jesús para hacer algo.
Vamos al capítulo 4 de Lucas donde nos habla más específicamente de la unción sobre Jesús.
Lucas 4:14-18
14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.
15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.
16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido PARA. . .
La unción es PARA; la unción es PARA; la unción no es solo para guardártela; la unción es siempre para hacer algo.
Sigue diciendo:
Lucas 4:18-19
18 Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido PARA dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.
Vemos aquí el propósito del ministerio de Jesús; predicar, liberar, sanar, dar buenas noticias.
El evangelio son siempre buenas noticias, hemos sido ungidos para predicar buenas noticias.
¿Cuál es la buena noticia para el pobre? Que en Cristo ya somos ricos. No lo seremos sino que ya lo somos.
Sea que tengas dinero o que no lo tengas ya eres rico; solo tienes que aprender a caminar en la bendición que ya está en ti.
Son buenas noticias para los pobres, no tienen que quedarse en el estado en el que están; porque por medio de Cristo ya somos ricos.
Pero también son buenas noticias para el enfermo; no tienes por qué estar más tiempo enfermo; Jesús ya tomó tus enfermedades, llevó tus dolencias y por sus llagas ya fuiste curado.
El evangelio son buenas noticias para tí y para los demás; y tú has sido llamado, has sido ungido por Dios para hacer algo.
Sigamos leyendo Lucas 4
Lucas 4:20-21
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
Veamos lo que pasa acá; Jesús les está diciendo: "Hoy se ha cumplido delante de ustedes esta Escritura."
¿Qué Escritura? Lo que dice en Isaías 61, que es lo que estaba leyendo Jesús; que la unción estaba sobre Él.
Y la unción sigue sobre Jesús porque en Hebreos 13:8 dice que Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre.
Jesús no ha cambiado, el sigue haciendo lo mismo el día de hoy; pero ¿cómo lo hace hoy? A través de su cuerpo.
La iglesia es llamada el cuerpo de Cristo, Jesús es la cabeza y nosotros el cuerpo.
Efesios 1:22-23
22 Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Jesús es nuestra cabeza.
En el Salmo 133, hablando de la unción y la comunión dice lo siguiente:
Salmo 133
1 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras;
3 Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.
De ese mismo modo la unción viene sobre Jesús que es la cabeza y desciende sobre todo su cuerpo.
En Mateo 28:18-19 cuando habla de la autoridad del creyente dice: "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo."
Es decir, cuando Cristo resucitó, recibió toda la autoridad, y si la cabeza recibió la autoridad también la recibió su cuerpo; y lo que Jesús les está diciendo es que ya que el recibió toda la autoridad, también la tiene su cuerpo; es decir nosotros que somos la iglesia.
La cabeza no puede recibir los pies y que los pies se queden sin ella. Tú eres el cuerpo de Cristo y como tal recibiste la unción.
Tu ya tienes la unción, porque como Él es, eres tú en este mundo (Primera de Juan 4:17).
Como Cristo es, eres tú en este mundo; si Jesucristo es ungido, tú también eres ungido.
Es por eso que nos llamamos cristianos; cristiano significa uno como Cristo; o un pequeño Cristo; o como me dijo hace años un hermano eres un cristito.
Cristo significa "el ungido"; entonces el cristiano también significa "uno que es ungido".
Al llamar a tu hermano "cristiano" le estás diciendo que es un ungido; no le estás diciendo que será un ungido; como si hablásemos de algo en el futuro sino que en el presente ya es un ungido. Es un ungido hoy.
Tú ya tienes la unción, y es por la unción que hay en ti que puedes hacer algo. Y es por esa misma unción que tu puedes hacer las obras de Jesús en esta tierra.
Tu has sido llamado para hacer las obras de Jesús en esta tierra; ¿Y cuáles eran las obras de Jesús en esta tierra? Él predicaba, enseñaba y sanaba a los enfermos.
En Mateo 4:23 dice: "Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo." Y en Mateo 9:35 dice: "Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo."
Las obras de Jesús consistían en predicar, enseñar y sanar a los enfermos; y eso debemos hacer hoy porque estamos ungidos para eso.
Él nos dio el ejemplo para que también hagamos lo mismo; podemos ver esto al leer los Evangelios donde Jesús hacía estas cosas.
Tú puedes hacer también las obras de Jesús en esta tierra y ser de bendición para la gente porque tienes la unción.
En Juan 14:12 dice: "De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre."
¿Cuáles son las obras mayores de las que habla Jesús?
Cuando Jesús estuvo en la tierra ninguna persona nació de nuevo, porque el Espíritu Santo no había sido enviado porque Jesús aún no había sido glorificado.
Pero cuando Jesús murió y resucitó, el Consolador fue enviado a la tierra.
Y fue la primera vez que estuvo con los discípulos después de resucitar que Jesús que Jesús sopló sobre ellos y ellos recibieron el Espíritu Santo.
Juan 20:19-22
19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
Las mayores obras son que nosotros predicamos el Evangelio y resucitamos muertos cada día. Cada vez que predicas el Evangelio y una persona nace de nuevo, ¡tú resucitas un muerto espiritual!
Resucitamos gente que está muerta espiritualmente, los cuales estaban yendo al infierno pero que ahora han pasado de muerte a vida; sus pecados son perdonados, y ahora son salvos, ahora tienen la vida eterna; tienen el Espíritu Santo y tienen la unción, como tú.
¿Sabías que el día más traumático de Satanás fue el día de Pentecostés?
Porque ese día, cuando el Espíritu Santo se derramó sobre la iglesia, el diablo se dio cuenta y dijo: "Uyuyuy, antes era solo Jesús y ahora son 120."
Y un rato después Pedro predicó y se convirtieron 3,000 más y ahora eran 3,120.
Ese día le dio un patatús al diablo. Quedó completamente traumatizado cuando vio gente completamente ungida como Jesús.
Y tú estás entre esa gente ungida.
Hay gente que le tiene miedo al diablo pero el diablo es quien te tiene miedo a ti; porque Cristo está en ti; y por eso tu estás ungido.
Para poder ministrar a otros, tú debes saber quien eres; y si sabes quien eres podrás ministrar a otros.
Durante mis más 40 años de cristiano he visto muchísimos cristianos derrotados, y esto sucede principalmente porque no saben quienes son en Cristo.
No saben que están en Cristo, no saben que tienen la unción, no saben que tienen la autoridad. No saben que tienen el poder.
¡Algunos ni siquiera saben que tienen el Espíritu Santo!
Pero tú lo tienes.
Tu eres más que un vencedor (Romanos 8:37).
¿Que significa ser más que un vencedor? Sencillamente que alguien venció por tí y que tú estás disfrutando la victoria.
Un pastor se fue a almorzar con el evangelista que había invitado a su iglesia. Comieron una gran y abundante cena y llegó la hora de pagar la cuenta.
"Yo pago", dijo el evangelista; "No, yo pago", dijo el pastor; y así estuvieron un rato mientras los ánimos de ambos se iban caldeando.
Cuando estaban listos a golpearse. el mozo les dijo que vean la cuenta; y al verla descubrieron que estaba escrita en ella la palabra "cancelado".
Cuando preguntaron, ¿quién pago?, el mozo les señaló una mesa donde habían unos hermanos sonriéndoles.
Ellos habían disfrutado de la cena sin haber pagado nada.
Nuestra cuenta ya fue pagada, la victoria ya fue hecha, Jesucristo ya venció al diablo, y el diablo ya fue derrotado.
El diablo ya no tiene poder sobre ti, Cristo ya te dio la victoria.
Tú tienes la unción; la unción está en ti; tienes la capacidad porque Dios te la ha dado. Te la ha dado para hacer las cosas que antes no podías hacer pero que ahora si puedes.
Porque Cristo está en ti; porque no eres tú sino Cristo en ti, porque no es tu poder sino el poder de Dios en tí; es lo que está en ti, la unción que está en ti.
A veces cuando hay varios hermanos orando por una persona y alguien sana dicen: "Fue mi mano, fue mi mano lo que la sanó."
Una vez en una reunión después de orar por una persona un pastor veía su mano, como si hubiese sido su mano lo que provocó el milagro.
¡No! ¡No es tu mano! ¡Es lo que está detrás de tú mano!
No eres tú, es el que está contigo; es el que cuando tú actúas conforme a la Palabra, la respalda con señales y prodigios.
Por eso en Marcos 16:20 cuando dice: "Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían." Lo que en realidad dice en el griego es que él Señor trabajaba juntamente con ellos confirmando la Palabra con las señales que le seguían.
Cuando tú predicas el evangelio Jesús está trabajando juntamente contigo; por eso no debes ir confiado en tus propias habilidades sino confiado en Cristo que está contigo. Porque lo que tú no puedes hacer, Él si lo hace. Además, tú con Él son la mayoría absoluta, son el equipo ganador.
Cristo en tí, tú tienes la unción.
Entonces ya sabes quién eres, eres un ungido, eres un cristiano.
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