miércoles, 11 de noviembre de 2020

Escuela de Sanidad Divina - Lección 3 Segunda Parte


Tercera Tradición
Pablo Tenía Un Aguijón en la Carne

Esta es una favorita de la gente religiosa.

2 Corintios 12:7­-10
7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
 
El pensamiento que Pablo tenía una enfermedad que Dios no quiso sanar es sostenido ampliamente. Esta mala enseñanza ha guiado a que muchos crean que la voluntad de Dios debe ser que muchos de sus hijos estén enfermos. Esto ha tenido a muchos atados cuando deberían estar libres.

Una creencia común es que Pablo sufría una dolencia en los ojos que lo tenía casi ciego. La Biblia declara que el Señor Jesús se le apareció en visión a Ananías y lo envió a imponerle las manos a Saulo para que reciba la vista (Hechos 9:12­-17). Pero el siguiente verso dice que Dios lo sanó. El concluir que Pablo tenía un problema en los ojos debido a su breve ceguera sería rebajar la obra de Dios.

Cuando Pablo, camino a Roma, estuvo en la isla de Malta, le predicó a la gente y les hablo de la obra redentora de Dios. Si sus ojos hubieran estado llenos de pus,  como  dicen  algunos,  ¿hubieran  creído  estas  personas  en  Dios  por  su sanidad? Mas la Biblia dice que Pablo  impuso sus manos sobre ellos y fueron sanados.

Es verdad que Dios permitió que Pablo tuviese ese “aguijón de la carne,” pero no fue obra de Dios. La Biblia dice que “fue permitido un mensajero de Satanás para abofetearle.” La Biblia  no  dice  que  este  aguijón  de  la carne  fuese  una enfermedad.

Note como se usa esta expresión “aguijón de la carne” en otros lugares de la Biblia. Antes que los hijos de Israel fuesen a la tierra de Canaán, Dios les dijo que destruyesen a los habitantes de esa nación, los cananitas, porque si no lo hacían, les darían problemas a los hijos de Israel, serían un aguijón en su costado. No se habla de enfermedad (Números 33:55).

El  aguijón  de  Pablo  tampoco  fue  una  enfermedad;  fue  un  mensajero  de Satanás  enviado  para  abofetearlo.  En  cada  lugar  donde  iba  Pablo,  el  diablo levantaba persecusiones contra Pablo.

Pablo escribió las muchas veces que fue apedreado, azotado y dejado por muerto. Escribió las veces que fue puesto en la cárcel y que incluso luchó con leones. A  pesar de ello, en ninguno de sus escritos donde  habla  acerca  de persecuciones y tribulaciones jamás incluye enfermedades. En ningún lugar de la Biblia  encontramos  que  en  algún  momento  de  su  ministerio  Pablo  estuviese incapacitado por enfermedad.

¿Por qué permitió Dios que este aguijón en la carne abofetee a Pablo? La Biblia dice que fue para que Pablo no desarrolle orgullo debido a las visiones y revelaciones que había tenido.

Por eso, antes que escuches a alguien declarar que tiene un aguijón en la carne, sería  bueno que le preguntes cuantas visiones y revelaciones ha tenido.

Muchos de los que piensan que tienen un aguijón en la carne no han tenido ningún tipo de revelación o visión. En su ignorancia y duda lo único que hacen es permitirle a Satanás que los  derrote y los mantenga lejos de las bendiciones de Dios.

Sin embargo, hay algunos que tienen un aguijón en la carne en algunas de las formas que tuvo Pablo, porque el diablo esta siempre para levantarle problemas y obstaculizar la obra que  están haciendo para Dios. Pero noten que Dios dijo: “Bástate mi gracia.” La gracia de Dios nos da poder para levantarnos por encima de las bofetadas del diablo.

Cuarta Tradición
Estoy Sufriendo Para La Gloria De Dios

Los que apoyan esta creencia usan, por lo general, el capítulo nueve de Juan, donde se encuentra la historia del ciego que Jesús envió al estanque de Siloé.

Sus discípulos le preguntaron si había pecado él o sus padres, provocándole la ceguera. Jesús  les dijo: “No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.”

Algunos concluyen con este verso que el hombre nació ciego para que Dios obtenga la gloria con ello.

Sin embargo, Jesús continuo diciendo: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entretanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.” Las obras de Dios no se manifestaron en el ciego hasta que Cristo hizo aquello para lo cual fue enviado; cuando sanó la ceguera del hombre.

¿Qué podemos decir de Lázaro? ¿No dice la Biblia que estaba enfermo para la gloria de Dios? Al leer la historia en el capítulo 11 del evangelio de Juan, vemos que  Jesús  estaba  con sus  discípulos  cuando  le  llegaron  noticias  que  Lázaro estaba enfermo.

En lugar de correr al lado de su amigo, Jesús se tardó a propósito. Le dijo a sus discípulos: “Esta enfermedad no es para muerte,  sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella” (verso 4).

Cuando Jesús legó a Betania con sus discípulos, hacía 4 días que Lázaro estaba muerto. Marta corrió a Jesús y le dijo  que si hubiese estado  ahí, su hermano no hubiera muerto. Jesús le dijo que era la resurrección y la vida:

Juan 11:24­-26
24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida;  el que cree en mí,  aunque esté muerto, vivirá.
26 Y todo aquel que vive y cree en mí,  no morirá eternamente. ¿Crees esto?

Poco después, Marta se quejó de la orden de mover la piedra de la tumba que dio Jesús; ella sabía que el cuerpo estaba descompuesto y apestando después de 4 días. Por lo que Jesús le dijo: “¿No te he dicho que si crees,  verás la gloria de Dios?” (Verso 40).

Marta no había visto aún la gloria de Dios. No veía la gloria de Dios en su hermano porque aún no se había manifestado. La gloria de Dios se manifestó en la resurrección y sanidad de Lázaro. No solo fue resucitado, sino que también fue sanado de la enfermedad que le causo la muerte.

Dios es glorificado por la sanidad y la liberación, no por la enfermedad y el sufrimiento.


Quinta Tradición
La Enfermedad es la Disciplina de Dios

Es verdad que la Biblia dice: “Porque el Señor al que ama disciplina.” (Hebreos 12:6). Sin embargo no dice: “El Señor enferma al que ama.”

Es un error tomar una pequeña porción de la Biblia y tratar de probar algo. No hay referencia a la enfermedad en este texto. La palabra disciplina no implica enfermedad o dolencia en el texto original griego.

Para conocer el completo significado de esta palabra veamos los escritos del reconocido erudito del idioma griego, el Dr. Robert Young y a W. E. Vine, autor del libro “Diccionario  Expositivo  de Palabras del Nuevo Testamento” (An Expository Dictionary of New Testament Words).

En ellos aprendemos que la palabra disciplina significa entrenar a un niño, educar o enseñar. Así como los bebés necesitan ser enseñados y corregidos para poder crecer como niños  saludables y adultos, así también los bebés cristianos necesitan  ser  enseñados  y  corregidos  para  crecer  y  llegar  a  ser  cristianos espiritualmente  saludables.  Esta  palabra  en  el  griego   original  significa  que necesitan ser disciplinados y gobernados.

Muchos  de  los  problemas  de  hoy  se  originan  en  la  falta  de  disciplina  y entrenamiento religioso en el hogar. Los niños deben ser disciplinados, corregidos y entrenados en amor.
 
En Mateo 7:9­-11 dice: “¿Qué hombre hay de vosotros,  que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

Dios nos entrena y disciplina con mano amorosa, “porque el Señor al que ama disciplina.”
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario