La Vida de Jesús
Desde la tentación hasta la transfiguración
8. Su Tentación
Mateo 4:1-11
1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto,
para ser tentado por el diablo.
2 Y después de haber ayunado cuarenta días y
cuarenta noches, tuvo hambre.
3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo
de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y
le puso sobre el pináculo del templo,
6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo;
porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te
sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás
al Señor tu Dios.
8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y
le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me
adorares.
10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque
escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
11
El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.
9. Presentación Hecha por
Juan el Bautista
Juan 1:29
29
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo.
10. Primera Purificación del
Templo
Juan 2:13-25
13 Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió
Jesús a Jerusalén,
14 y halló en el templo a los que vendían bueyes,
ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.
15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del
templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los
cambistas, y volcó las mesas;
16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí
esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.
17 Entonces se acordaron sus discípulos que está
escrito: El celo de tu casa me consume.
18 Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué
señal nos muestras, ya que haces esto?
19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo,
y en tres días lo levantaré.
20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años
fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?
21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo.
22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos,
sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la
palabra que Jesús había dicho.
23 Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua,
muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.
24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque
conocía a todos,
25
y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía
lo que había en el hombre.
11. Conversión de Nicodemo
Juan 3:1-21
1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba
Nicodemo, un principal entre los judíos.
2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí,
sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas
señales que tú haces, si no está Dios con él.
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y
nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que
el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que
es nacido del Espíritu, espíritu es.
7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario
nacer de nuevo.
8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido;
mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del
Espíritu.
9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse
esto?
10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de
Israel, y no sabes esto?
11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos
hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis,
¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del
cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
14 Y como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree, no es condenado; pero el que
no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito
Hijo de Dios.
19 Y esta es la condenación: que la luz vino al
mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran
malas.
20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la
luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
21
Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus
obras son hechas en Dios.
12. Elección de los Doce
Mateo 10:1-4
Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio
autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para
sanar toda enfermedad y toda dolencia.
2 Los nombres de los doce apóstoles son estos:
primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y
Juan su hermano;
3 Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano,
Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo,
4
Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.
13. Aprehensión y Ejecución
de Juan el Bautista
Mateo
14:1-12
1 En aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de
Jesús,
2 y dijo a sus criados: Este es Juan el Bautista; ha
resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.
3 Porque Herodes había prendido a Juan, y le había
encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su
hermano;
4 porque Juan le decía: No te es lícito tenerla.
5 Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo;
porque tenían a Juan por profeta.
6 Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes,
la hija de Herodías danzó en medio, y agradó a Herodes,
7 por lo cual éste le prometió con juramento darle
todo lo que pidiese.
8 Ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame
aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
9 Entonces el rey se entristeció; pero a causa del
juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen,
10 y ordenó decapitar a Juan en la cárcel.
11 Y fue traída su cabeza en un plato, y dada a la
muchacha; y ella la presentó a su madre.
12
Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron
y dieron las nuevas a Jesús.
14. La Gran Confesión de
Pedro
Mateo 16:13-20
13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo,
preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo
del Hombre?
14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros,
Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente.
17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres,
Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que
está en los cielos.
18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro,[a] y
sobre esta roca[b] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella.
19 Y a ti te daré las llaves del reino de los
cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo
que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
20
Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.
15
La transfiguración
Mateo 17:1-13
1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y
a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció
su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando
con él.
4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para
nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para
ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los
cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia; a él oíd.
6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus
rostros, y tuvieron gran temor.
7 Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo:
Levantaos, y no temáis.
8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a
Jesús solo.
9 Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó,
diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de
los muertos.
10 Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo:
¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
11 Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías
viene primero, y restaurará todas las cosas.
12 Mas os digo que Elías ya vino, y no le
conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo
del Hombre padecerá de ellos.
13
Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el
Bautista.