La Sanidad Divina Puede Llegar a Perderse
Es interesante lo que le dice Jesús al paralítico de Betesda en Juan 5:14: “Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques mas para que no te venga alguna cosa peor.”
Jesús le estaba diciendo a este hombre que el podía perder su sanidad.
Mucha gente piensa que si Dios sana es para siempre; pero muchas veces no es así.
Un pastor, amigo mío, me contó de una campaña que realizó en la que un paralítico se levantó de su silla de ruedas y camino. Fue un milagro evidente, la fe de la gente se levantó y muchas otras personas fueron sanadas.
Cuando este hermano que había sido sanado llegó a su casa; lo vio su hermano, que era pastor de una iglesia en la que se decía que la sanidad divina era del diablo. Al verlo empezó a decirle: “Lo que has recibido no es de Dios sino del diablo. La sanidad divina es del diablo.” En lugar de gozarse de ver a su hermano caminar; le repitió esto una y otra vez, durante un mes. Finalmente, el hermano que había sido sanado, se hecho en su cama y nunca mas se levantó.
Las tradiciones de hombres hicieron que este hombre perdiese su milagro.
En Apocalipsis 3:11 dice: “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.”
¿Por qué tienes que retener algo que no puedes perderlo? Precisamente por eso, porque puedes perderlo.
Mucha gente pierde su sanidad en un contraataque del diablo.
Cuando fui pastor en Talara, nos visitó el evangelista Marcos Silva. Tuvimos una excelente campaña, cientos de personas recibieron a Jesús, y otras tantas fueron sanadas.
Una hermana que asistía a la iglesia, no podía caminar bien, porque tenía una pierna más grande que la otra, y sus caderas estaban mal. Durante la campaña, ella fue sanada, la vimos caminar perfectamente bien, su cadera estaba sanada y sus piernas del mismo tamaño.
Después de recibir su sanidad, ella se tomó unas vacaciones espirituales y dejó de congregarse.
Al cabo de un año, ella había perdido su sanidad, y buscaba por todos lados la dirección del evangelista para que ore de nuevo por ella.
Ella le había abierto una puerta al diablo, y en un contraataque del diablo había perdido su sanidad.
Es fácil que una persona sea sanada en una campaña de sanidad divina.
La gente es sanada por todos lados, y la fe de todos se levanta. Se crea una atmósfera de fe y milagros en ese lugar, y es muy fácil recibir.
El problema viene cuando termina la reunión. Muchas personas no se llevan esa atmósfera de fe a su casa; sino que vuelven a su mismo estilo de vida lleno de incredulidad y tradiciones. Y, ¿qué sucede? Muchos de ellos le abren una puerta al diablo y pierden su milagro.
En Lucas 4:1-13 vemos la tentación de Jesús en el desierto. En los versos del 3 al 12 vemos como Jesús derrotó al diablo en las tres tentaciones que le hizo; pero, es interesante lo que dice el verso 13: “Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.”
En Juan 10:10 dice: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Eso es lo que hace el diablo, después que lo hemos derrotado y obtenido nuestra sanidad; el vendrá después de un tiempo para ver si puede robarte lo que Dios te ha dado.
Pero tengo buenas noticias para ti; en 1 Juan 4:4 dice: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.”
Dios, que es mayor que el diablo está en ti. El Dios que respalda tu sanidad, es mayor que el diablo que esta tratando de robártela.
Sin embargo, para vencerlo debes hacer lo que dice la Biblia en Santiago 4:7: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”
Debes tomar la decisión de someterte a Dios. Debes creer las cosas que El ha dicho en su Palabra. En Números 23:19 dice: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutara?” Y en Jeremías 1:12 Dios dijo: “...Yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.”
No tomes a Dios por mentiroso; Si Dios ha dicho en Isaías 53:4-5; Mateo 8:17; y, 1 Pedro 2:24 que Jesús llevó tus enfermedades y dolencia; y, que por las llagas de Jesús has sido sanado; eso quiere decir que lo estas.
Solamente debes de recibir lo que Dios ha provisto para ti.
Ese es el primer paso; te sometes a Dios creyendo que las cosas que ha dicho son verdad. Es decir, colocas un fundamento firme para tu fe.
Lo segundo que debes hacer es resistir al diablo.
Dile de esta manera al diablo: “Satanás, en Isaías 53:4-5, Mateo 8:17 y 1 Pedro 2:24 dice que Jesús me ha sanado, así que te ordeno que sueltes mi cuerpo en este momento, en el nombre de Jesús.”
Al momento de resistirlo, como dice la escritura, el huirá de ti.
Recuerda tu tienes la autoridad sobre el diablo y la enfermedad, así que no aceptes sus mentiras, ni dejes que la enfermedad vuelva a tu vida.
¡Ya has sido sanado por las llagas de Jesús!
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