La Misericordia de Dios
La misericordia es uno de los atributos más poderosos de Dios en el que Él muestra su gran amor por nosotros.
Salmo 103:8-10
8 Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia.
9 No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
1. La Misericordia de Dios en el Antiguo Testamento
Cuando Satanás se rebeló ante Dios recibió inmediatamente su castigo; pero cuando el hombre pecó no recibió su castigo inmediatamente sino que Dios le concedió la oportunidad de recibir salvación.
La misericordia es uno de los atributos más claros de la Biblia; que es revelada en las vidas de Moisés, Jacob y David, así como en el pueblo de Israel.
Debemos borrar de nuestras mentes la idea falsa e injusta que en el Antiguo Testamento Dios se mostraba frío para ejercer Su justicia.
Por el contrario; en el Antiguo Testamento podemos ver muchísimas evidencias de la misericordia de Dios; no solo con sus siervos, sino también repetidamente a los rebeldes que merecen el castigo.
La misericordia de Dios es la que nos concede lo que no nos merecemos, las riquezas de Su gracia.
Un ejemplo claro se encuentra en la salida de Lot de Sodoma:
Génesis 19:16
16 Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.
Otro caso claro es la misericordia que Dios mostró continuamente a Israel:
Éxodo 34:6-9
6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;
7 que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.
8 Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró.
9 Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad.
Éxodo 15:13
13 Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; lo llevaste con tu poder a tu santa morada.
El Libro de los Salmos
El libro de los Salmos cita las misericordias de Dios más que ningún otro libro de la Biblia.
David menciona más de ochenta veces las misericordias de Dios y llama misericordioso a Dios muchas veces.
Salmo 67:1
1 Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah.
Salmo 23:6
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Salmo 100:5
5 Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.
Salmo 103:8
8 Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia.
2. La Misericordia de Dios en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento la misericordia de Dios se encarna en la persona del Señor Jesucristo; su sacrificio en la cruz testifica para siempre la tierna predisposición de Dios de perdonar al pecador.
Hebreos 2:17
17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
Jesús pagó en la cruz el justo precio por nuestro pecado; al ser satisfecha la ley divina quebrantada por el pecado, la sentencia que pendía sobre nosotros fue anulada; por eso es que Dios puede otorgarnos libremente la gracia salvadora.
El Nuevo Testamento está lleno de ejemplos de la misericordia de Dios hacia el pecador; por medio de Jesús, Dios Padre concede su perdón y su bondad a todos los que se arrepienten de sus transgresiones.
Un caso conocido es la mujer sorprendida en adulterio:
Juan 8:1-11
1 Y Jesús se fue al monte de los Olivos.
2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
En este caso vemos como la misericordia de Dios cambió por completo la situación de esta mujer.
3. La Misericordia de Dios en la Vida del Creyente
La misericordia de Dios continúa alcanzando y bendiciendo hoy al hombre.
En su misericordia Dios revela Su amor por todos los hombres ofreciendo salvación gratuita por medio de Jesucristo; ya que no desea la muerte de los pecadores sino que reciban la vida eterna.
El creyente conoce por experiencia propia la misericordia de Dios; el Padre derrama continuamente sobre nosotros Su amor, gracia y todas las bendiciones provistas en Su Palabra.
Lamentaciones 3:22-23
22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
No importa la situación en que nos encontremos, nuestros pecados, fallas o fracasos, la misericordia de Dios siempre está extendida hacia nosotros, y listo para recibirnos con los brazos abiertos.
Hebreos 4:16
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
En todo momento el creyente puede acercarse con confianza a Dios y alcanzar Su misericordia para hallar gracia y oportuno socorro.
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