domingo, 6 de octubre de 2013

El Ministerio Presente de Jesucristo 2 - Jesús es Nuestro Intercesor

Jesús es Nuestro Intercesor

“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:14-16).

Hebreos 4:14-16 (EUNSA)
14 Ya que tenemos un Sumo Sacerdote que ha entrado en los cielos -Jesús, el Hijo de Dios-, mantengamos firme nuestra confesión de fe.
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino que, de manera semejante a nosotros, ha sido probado en todo, excepto en el pecado.
16 Por lo tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para que alcancemos misericordia y encontremos la gracia que nos ayude en el momento oportuno.

Otro ministerio que Jesús tiene hoy es el de Intercesor. El es el Sumo Sacerdote mediador entre Dios y el hombre; ningún hombre puede llegar al Padre sino por medio de Cristo.

En Romanos 8:34 dice: “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”

Debemos darnos cuenta que Cristo, quien esta a la diestra de Dios es el que intercede por nosotros.

En Hebreos 7:25 dice: “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.”

Vemos que Jesús en su ministerio intercesor está viviendo para interceder por nosotros. 

En 1 Timoteo 2:5 dice: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”

Un intercesor es un mediador, es decir alguien que está al medio.

Jesús está al medio entre nosotros y Dios. El está a la diestra de Dios presentando nuestra causa, y ante nosotros presentando la causa de Dios.

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