El Nombre de Jesús y la Oración
La mayoría de los cristianos sabe que puede usar el Nombre en oración; pero no se imaginan la plenitud de lo que significa.
Algunos repiten el Nombre como si fueran loros; pero no les funciona; otros ni siquiera esperan que funcione; y después se preguntan porque no hay respuesta para sus oraciones.
Sin embargo en Juan 16:23-24 Jesús dijo: “En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.”
Esta si que es una declaración realmente asombrosa; todo lo que pedimos al Padre en el nombre de Jesús nos lo dará.
Yo tengo la llave de mi casa; cuando llegó a mi casa puedo decir que abro la puerta; pero en realidad no soy yo sino que es la llave la que lo hace.
Si no tuviera esa llave sería como Pedro Picapiedra teniendo que gritar ¡¡¡Vilmaaaaaaa!!! Ya que no podría entrar en ella.
En la oración también tenemos una llave que abre las puertas del cielo y sin la cual nos quedaremos solamente ante sus umbrales y esa llave es el nombre de Jesús.
Tengamos en cuenta algo, en este verso dice claramente a quien le debemos orar; nuestra oración es al Padre en el Nombre de Jesús.
Nuestra oración no debe ser a Jesús; Él dijo: “En aquel día no me preguntaréis nada. . .todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre os lo dará”.
Jesús lo puso bien claro pedimos al Padre en el Nombre de Jesús.
A veces en los periódicos veo que la gente coloca: “Gracias Espíritu Santo por la gracia concedida.” Pero nuestra oración no es al Espíritu Santo, ese no es su lugar dentro de la Trinidad; las promesas en cuanto a la oración de petición no vienen por orarle.
Mucho menos debemos orarle a los ángeles, muchísimos padres le enseñan a orar a sus hijos: “Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día”.
No se dan cuenta que les están enseñando idolatría a sus hijos,
Colosenses 2:18 es bien claro respecto a esto: “Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal.”
Además, porque tendría que pedirle a un ángel que no me desampare cuando Dios dijo: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5).
Nuestra oración siempre debe ser al Padre en el nombre de Jesús.
Para tener plena certeza de que tendremos respuesta a nuestras oraciones debemos seguir las reglas determinadas en la Palabra; por eso oramos al Padre en el Nombre de Jesús.
Cuando Jesús dijo: “En aquel día”, Él estaba hablando acerca del día en que vivimos hoy. Jesús hizo esta declaración antes de morir por nosotros en la cruz. Antes de dar inicio al Nuevo Pacto.
Podemos parafrasearlo de esta manera y darle un mejor significado: “En el día del Nuevo Pacto, ya no me pedirán nada; porque todo lo que pidan al Padre en Mi Nombre se los concederá”.
Mientras Jesús estaba en la tierra, sus discípulos no usaban Su Nombre en la oración; es por eso que les dijo: “Hasta ahora, no han pedido nada en Mi Nombre”.
Fue después que resucitó de los muertos, habiendo conquistado y despojado a las huestes del infierno y haberse sentado a la diestra del Padre; muy por encima de todo principado, autoridad, y poder, y Señorío, que llegó el tiempo en que la iglesia usaría esta Nombre tan glorioso en la oración.
Ahora podemos pedir y recibir para que nuestra alegría sea completa.
El pedir al Padre en el Nombre de Jesús garantiza la respuesta a nuestra oración.
Reclamando nuestros derechos
Muy ligado a este pasaje se encuentra Juan 14:13-14 que dice: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”
El único problema con este pasaje es que Reina y Valera añadieron la frase “al Padre” en este pasaje robándonos el significado real de este pasaje y colocándolo en el campo de la oración.
La gran mayoría de traducciones en español y todas las de inglés no contienen este añadido.
Queriéndonos ayudar a entender la Biblia nos confundieron.
Jesús no esta hablando aquí de la oración de petición (como si lo hace en Juan 16). Aquí dice: “Y todo cuanto pidiereis en Mi Nombre, YO LO HARÉ... Si pidiereis alguna cosa en Mi Nombre, YO LO HARE.”
Jesús está hablando acerca del uso del Nombre de Jesús contra el enemigo en nuestra vida diaria.
La palabra “pedir” usada aquí es el término griego aiteo que significa pedir o demandar, e incluso exigir..
No es a Dios a quien le demandamos o exigimos, Él no es quien nos ha robado nuestra salud o dinero, el que nos roba es el diablo y a él es a quien debemos exigirle que saque sus manos de nosotros y a todas las cosas que nos envíe.
Pedro y Juan sabían esto, como hemos estado viendo en el caso del cojo que se sentaba en la puerta del templo llamada la Hermosa.
Hechos 3:4-8
4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos.
5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo.
6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos;
8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.
Demandaron que la enfermedad se fuese del hombre y al momento se fue.
Kenneth Hagin cuenta que una vez, después de enseñar acerca de esto, se le acercó un profesor universitario de griego después del culto, diciéndole: “Hermano Hagin, nunca pensé en esto antes de escucharlo enseñar, pero luego de eso al leer mi Nuevo Testamento en Griego me di cuente que ese verso dice literalmente: ‘Todo cuanto exigiereis como vuestros derechos y privilegios, yo lo haré’”
La concordancia Strong resalta que el significado de la Palabra griega que aquí se traduce como “pedir” es en realidad “exigir algo que se nos debe”.
El problema es que no podemos exigir nuestros derechos y privilegios si no los conocemos.
En el Nuevo Pacto tenemos muchos derechos y privilegios debido a la obra terminada de Cristo en la cruz; y uno de nuestros derechos y privilegios es que podemos usar el nombre de Jesús.
Para poder usar este derecho y privilegio vayamos a la Biblia y estudiemos lo que dice acerca del Nombre glorioso de Jesús.
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