Aún tengo más que preguntar: ¿Habrán tropezado y caído los israelitas a su ruina espiritual de tal manera que ya no puedan levantarse? ¡De ningún modo! Su paso en falso, es decir, su desobediencia, transgresión, y caída han servido, más bien, para que las demás naciones puedan salvarse, provocando así que Israel tenga celos y envidia.
Y si su mal paso y caída ha enriquecido y sido provechosa para el mundo entero, si su fracaso y disminución ha contribuido a la riqueza y grandeza de las demás naciones, díganme: ¿cuánto más beneficioso será cuando todos los israelitas se conviertan y lleguen a su plena restauración futura?
- Romanos 11:11-12 (Biblia Expandida)
Pablo continúa aquí con el tema de Israel.
Como hemos visto antes, Israel tropezó con la piedra de tropiezo que es Cristo. Ellos trataban de justificarse mediante el cumplimiento estricto de la Ley, pero nunca podían llegar a conseguirlo; y habiendo escuchado de la obra de Cristo en la cruz, no hicieron caso, prefirieron seguir con la Ley, y tropezaron.
Israel había puesto su confianza y seguridad en la Ley y habían rechazado la salvación gratuita que Dios había provisto para ellos, y solo había quedado un remanente que había decidido creer en Jesús como Señor de sus vidas.
La pregunta es si esa actitud de Israel iba a determinar el rechazo de Dios para siempre.
Pablo dice que no, que solo había sido un tropezón de Israel, que Dios tenía un plan futuro para ellos, su plena restauración.
Además este rechazo de Israel había sido una gran bendición para todas las naciones gentiles ya que el Evangelio fue predicado entre ellos y llegó gran salvación.
Dios no ha desechado para siempre a Israel, pero un pequeño resbalón, trajo una gran salvación.
Ricardo Botto
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