Así también en el tiempo presente subsiste un remanente escogido por gracia.
Pero si es por gracia, ya no es a base de obras ni méritos humanos, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
- Romanos 11:5-6 (Biblia Expandida)
Aquí Pablo sigue hablando del pueblo de Israel, nos acaba de dar dos pruebas contundentes que Israel no ha sido rechazado por Dios y ahora nos va a dar la clave de porque aparentemente parece que fueron rechazados.
Ya en los versículos anteriores nos ha mostrado que en la época de Elías hubo un remanente de 7000 hombres que no se postraron ante Baal, y que lo mismo estaba sucediendo en el tiempo de Pablo.
Había un remanente o resto que había sido guardado por gracia, algunas personas tratan de hablar de una elección individual, pero en este pasaje está hablando de un grupo de personas.
Vine nos dice de este remanente lo siguiente: "En el versículo 5, 'un remanente escogido por gracia' se refiere a los judíos creyentes, salvados de entre la nación incrédula."
En Hechos capítulos 2 y 3 podemos ver como esto funcionó, cuando los judíos escucharon la predicación en Pentecostés se convirtieron 3 mil hombres (no contaron mujeres y niños); y en la sanidad del cojo que se sentaba en la puerta llamada La Hermosa se convirtieron 5 mil.
Ya vimos en Romanos 10 que por todo el mundo salió la voz de ellos con un mensaje, la redención por medio de la obra de Cristo.
B. W. Johnson dice acerca de la palabra "elegidos" en este pasaje: ""La elección" significa "los elegidos", y este término se aplica a todos los creyentes. Aquí se limita a la parte del pueblo elegido, Israel, que habían aceptado a Cristo, y por lo tanto eran un remanente. Que la "elección" no significa un decreto que un individuo será salvo eternamente se muestra por 2 Pedro 1:10: "Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás." Si un individuo fue elegido antes de los siglos para la salvación eterna por un decreto divino, ninguno de sus actos podría hacer más segura su elección. La elección de las Escrituras es una que requiere diligencia de nuestra parte, y el esfuerzo para no caer".
¿Qué hizo que nos encontremos con estos dos grupos, el remanente y el resto de los israelitas?
Lo que hizo la diferencia es el método que utilizaron para justificarse delante de Dios; entendiendo que al hablar de justificación nos referimos al acto de ser declarados justos e inocentes delante de Dios.
Israel trató de justificarse delante de Dios por sus propios méritos, a través del cumplimiento estricto de la ley, pero eso no los llevó a ningún lado porque por medio de la ley ningún hombre puede justificarse ante Dios.
Romanos 3:19-20 (Biblia Expandida de Fe)
19 Ahora bien, nosotros sabemos que todo lo que dice la Ley es válido para los que están bajo la Ley, a fin de que toda boca se calle y nadie pueda alegar inocencia y todo el mundo sea condenado bajo el juicio de Dios.
20 Porque ante los ojos de Dios, ningún ser humano será justificado (declarado inocente y hecho justo) por medio del cumplimiento de las obras de la Ley, ya que la Ley se limita a hacernos conocer completa y concientemente el pecado.
Lo que hacía la ley no era justificarlos sino ponerles una conciencia de pecado, demostrándoles que eran pecadores.
Lo único que hacía la ley era ponerlos en maldición:
Gálatas 3:10-13
10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero.
Los que querían justificarse mediante la ley estaban en problemas porque nadie podía justificarse ante Dios medio de la ley; y encima había una maldición para todo él que no la cumpliera intachablemente.
Pero había una solución para el hombre: Cristo nos redimió de la maldición de la ley.
Romanos 3:21-26 (Biblia Expandida de Fe)
21 Pero ahora, aparte e independientemente de la Ley, se ha manifestado abiertamente la justicia de Dios que es testificada y confirmada por la Ley y los Profetas;
22 la justicia de Dios, que es por la fe en Jesucristo, para todos los que creen. Porque no existe ninguna distinción ni diferencia
23 porque todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,
24 pero son justificados (declarados inocentes y hechos justos) gratuitamente por medio de su gracia (que es el favor y la buena voluntad de Dios hacia nosotros) provista por medio de la redención cumplida en Jesucristo (el Salvador Ungido)
25 quien fue puesto por Dios como instrumento de propiciación por medio de su propia sangre, a través de la fe.
26 De esa manera, Dios ha querido mostrar su justicia al haber pasado por alto en su paciencia nuestros pecados pasados para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea Él justo y el justificador del que tiene fe en Jesús.
El remanente se dio cuenta que esta justificación ya había sido anunciada por la Ley y los Profetas, que el Mesías, Jesucristo, venía al mundo para morir por todos los hombres y darles vida eterna.
Se dieron cuenta que no era por medio del cumplimiento de la Ley que serían justificados sino por la gracia de Dios, a través de la fe en Jesucristo.
Efesios 2:8-9
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
No eran las obras las que traería este regalo que es la salvación sino la misma gracia de Dios, su favor inmerecido, ese amor sin limites que Dios tiene hacia los hombres.
Por ese motivo Israel estaba equivocado al tratar de justificarse ante Dios por sus obras.
Romanos 3:27-28 (Biblia Expandida de Fe)
27 Entonces, ¿en qué se fundamenta la jactancia? Ha sido excluida y eliminada. Pero, ¿en virtud de qué ley se excluye ese derecho? ¿Por la ley de las obras? No, sino por la ley de la fe.
28 Por eso concluimos y afirmamos que el hombre es justificado por la fe con independencia total de las obras de la Ley.
El remanente se dio cuenta de esto, la fe en Jesucristo, la fe en esa obra de gracia por nosotros es lo que los haría justos ante Dios.
Entonces vemos que de estos dos métodos solamente uno nos justifica ante Dios, la salvación gratuita de Dios por medio de la fe en Jesucristo.
Y tú, ¿te estas justificando delante de Dios por tus obras o por medio de la fe en Jesucristo?
Ricardo Botto
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