martes, 9 de mayo de 2023

El Espíritu de Fe

 

¿Conoces lo que es el Espíritu de Fe?

Aquí te lo explico

En Segunda de Corintios 4:13 dice: Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos.

Hace unos años había un debate acerca del espíritu de fe, algunos decían que era el Espíritu Santo, otros que era nuestro espíritu humano, incluso algunos loquillos decían que era un fantasma. 

Me vinieron a preguntar y yo les dije: "¡No, no, no! El espíritu de fe es...", y eso les voy a explicar en esta enseñanza.

Nuestra historia empieza en el desierto, cuando Israel estaba en el desierto, después de haber marchado durante 40 días.

En Números 13 del 1 al 3 dice: Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos. Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel. 

Dios les dio una misión simple, que vayan y examinen la tierra prometida y trajeran un informe de los que vieran.

En los versículos del 17 al 21 les explico la misión: Los envió,  pues,  Moisés a reconocer la tierra de Canaán,  diciéndoles:  Subid de aquí al Neguev,  y subid al monte, y observad la tierra cómo es,  y el pueblo que la habita,  si es fuerte o débil,  si poco o numeroso; cómo es la tierra habitada,  si es buena o mala;  y cómo son las ciudades habitadas,  si son campamentos o plazas fortificadas; y cómo es el terreno,  si es fértil o estéril,  si en él hay árboles o no;  y esforzaos,  y tomad del fruto del país.  Y era el tiempo de las primeras uvas. Y ellos subieron,  y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob,  entrando en Hamat. 

Debían ver la tierra, inspeccionarla, tomar muestras de ella y dar un informe, lo cual hicieron y trajeron un informe después de cuarenta días.

Este informe lo vemos del 25 al 31: Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades,  y dieron la información a ellos y a toda la congregación,  y les mostraron el fruto de la tierra. Y les contaron, diciendo:  Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste,  la que ciertamente fluye leche y miel;  y este es el fruto de ella. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte,  y las ciudades muy grandes y fortificadas;  y también vimos allí a los hijos de Anac. Amalec habita el Neguev,  y el heteo,  el jebuseo y el amorreo habitan en el monte,  y el cananeo habita junto al mar,  y a la ribera del Jordán. Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés,  y dijo:  Subamos luego,  y tomemos posesión de ella;  porque más podremos nosotros que ellos. Mas los varones que subieron con él,  dijeron:  No podremos subir contra aquel pueblo,  porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel,  de la tierra que habían reconocido,  diciendo:  La tierra por donde pasamos para reconocerla,  es tierra que traga a sus moradores;  y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes,  hijos de Anac,  raza de los gigantes,  y éramos nosotros,  a nuestro parecer,  como langostas;  y así les parecíamos a ellos. 

Al cabo de 40 días ellos regresaron, pero trajeron 2 informes uno en mayoria y otro en minoria. 

El informe en mayoría estaba basado en su percepciones físicas, en sus ojos naturales, dijeron que la tierra aunque fluía leche y miel y tenia buenos frutos, era mala, que mataba a sus moradores y se iban a enfrentar a gigantes a los hijos de Anac.

El informe en minoría era un informe de confianza, que ellos iban a tomar la tierra por que podían más que ellos.

El pueblo de Israel decidió escuchar el informe de la mayoría y no tomaron en cuenta las palabras confiadas de Caleb.

Sigamos viendo lo que Números 14 del 1 al 5: Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa?  ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro:  Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. 

Es asombroso que muchas veces cuando miramos las circunstancias queremos retroceder, y nos lamentamos y quejamos contra Dios como si el fuese quien nos pone la dificultad.

Dios ya les había dado la tierra prometida, ya era suya, pero decidieron creer en las circunstancias y dificultades.

Sin embargo, Josué y Caleb tuvieron una actitud totalmente diferente.

En Números 14 del 6 al 9 dice: Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel,  diciendo:  La tierra por donde pasamos para reconocerla,  es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros,  él nos llevará a esta tierra,  y nos la entregará;  tierra que fluye leche y miel. Por tanto,  no seáis rebeldes contra Jehová,  ni temáis al pueblo de esta tierra;  porque nosotros los comeremos como pan;  su amparo se ha apartado de ellos,  y con nosotros está Jehová;  no los temáis. 

Ellos tuvieron una actitud totalmente diferente, ellos confiaban en las promesas que Dios les había hecho, ellos sabían que tenían la victoria asegurada.

Me gusta esa palabra que dijeron: "porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis".

Ellos sabían que los enemigos no tenían oportunidad, porque Dios estaba con los israelitas, la victoria estaba con su pueblo, y Josué y Caleb habían creído las palabras de Dios y proclamaban su victoria.

Lamentablemente el pueblo de Israel no creyó, y trataron de apagar esa voz victoriosa.

Esa incredulidad y rebeldía produjo un fruto en ellos:

En Números 14 del 10 al 12 dice: Entonces toda la multitud habló de apedrearlos.  Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel, y Jehová dijo a Moisés:  ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo?  ¿Hasta cuándo no me creerán,  con todas las señales que he hecho en medio de ellos? Yo los heriré de mortandad y los destruiré,  y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos. 

La incredulidad y rebeldía hicieron que el juicio de Dios cayese sobre el pueblo de Israel; y aunque en el nuevo pacto Dios ya no nos envía juicio por nuestra incredulidad eso impide que podamos recibir las bendiciones que Dios tiene para nosotros.

Sigamos con nuestro relato:

En Números 14 del 21 al 24: Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra, todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto,  y me han tentado ya diez veces,  y no han oído mi voz, no verán la tierra de la cual juré a sus padres;  no,  ninguno de los que me han irritado la verá. Pero a mi siervo Caleb,  por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí,  yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. 

Aquí vemos que, aunque Israel no pudo entrar en la tierra prometida, Caleb si pudo entrar porque había en el otro espíritu, ¿cuál era ese espíritu? El espíritu de fe.

Él le creyó a Dios y habló. es lo que dice Segunda de Corintios 4:13, creí, por lo cual hablé.

Así debes hacer tú, si has creído la Palabra de Dios, háblala con osadía, y recuerda que ya tienes la victoria.

Si has sido bendecido con esta enseñanza, sígueme, y no olvides compartir el video en tus redes sociales.

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