domingo, 8 de mayo de 2022

El Espíritu de Fe


El Espíritu de Fe

Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos.
- 2 Corintios 4:13

Hace unos años había un debate acerca del espíritu de fe, algunos decían que era el Espíritu Santo, otros que era nuestro espíritu humano, incluso algunos loquillos decían que era un fantasma. 

Me vinieron a preguntar y yo les dije: "¡No, no, no! El espíritu de fe es...", y eso les voy a explicar en esta enseñanza.

Nuestra historia empieza en el desierto, cuando Israel estaba en el desierto, después de haber marchado durante 40 días.

Números 13:1-3
1 Y Jehová habló a Moisés,  diciendo: 
2  Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán,  la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos. 
3  Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel. 

Dios les dio una misión simple, que vayan y examinen la tierra prometida y trajeran un informe de los que vieran.

Números 13:17-21
17 Los envió,  pues,  Moisés a reconocer la tierra de Canaán,  diciéndoles:  Subid de aquí al Neguev,  y subid al monte, 
18 y observad la tierra cómo es,  y el pueblo que la habita,  si es fuerte o débil,  si poco o numeroso; 
19 cómo es la tierra habitada,  si es buena o mala;  y cómo son las ciudades habitadas,  si son campamentos o plazas fortificadas; 
20 y cómo es el terreno,  si es fértil o estéril,  si en él hay árboles o no;  y esforzaos,  y tomad del fruto del país.  Y era el tiempo de las primeras uvas. 
21 Y ellos subieron,  y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob,  entrando en Hamat

Debían ver la tierra, inspeccionarla, tomar muestras de ella y dar un informe, lo cual hicieron y trajeron un informe después de cuarenta días.

Números 13:25-33
25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. 
26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón,  y a toda la congregación de los hijos de Israel,  en el desierto de Parán,  en Cades,  y dieron la información a ellos y a toda la congregación,  y les mostraron el fruto de la tierra. 
27 Y les contaron,  diciendo:  Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste,  la que ciertamente fluye leche y miel;  y este es el fruto de ella. 
28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte,  y las ciudades muy grandes y fortificadas;  y también vimos allí a los hijos de Anac. 
29 Amalec habita el Neguev,  y el heteo,  el jebuseo y el amorreo habitan en el monte,  y el cananeo habita junto al mar,  y a la ribera del Jordán. 
30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés,  y dijo:  Subamos luego,  y tomemos posesión de ella;  porque más podremos nosotros que ellos. 
31 Mas los varones que subieron con él,  dijeron:  No podremos subir contra aquel pueblo,  porque es más fuerte que nosotros. 
32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel,  de la tierra que habían reconocido,  diciendo:  La tierra por donde pasamos para reconocerla,  es tierra que traga a sus moradores;  y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 
33 También vimos allí gigantes,  hijos de Anac,  raza de los gigantes,  y éramos nosotros,  a nuestro parecer,  como langostas;  y así les parecíamos a ellos

Al cabo de 40 días ellos regresaron, pero trajeron 2 informes uno en mayoria y otro en minoria. 

El informe en mayoría estaba basado en su percepciones físicas, en sus ojos naturales, dijeron que la tierra aunque fluía leche y miel y tenia buenos frutos, era mala, que mataba a sus moradores y se iban a enfrentar a gigantes a los hijos de Anac.

El informe en minoría era un informe de confianza, que ellos iban a tomar la tierra por que podían más que ellos.

El pueblo de Israel decidió escuchar el informe de la mayoria y no tomaron en cuenta las palabras confiadas de Caleb.

Números 14:1-5
1 Entonces toda la congregación gritó,  y dio voces;  y el pueblo lloró aquella noche. 
2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel;  y les dijo toda la multitud:  ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto;  o en este desierto ojalá muriéramos! 
3 ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada,  y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa?  ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? 
4 Y decían el uno al otro:  Designemos un capitán,  y volvámonos a Egipto. 
5 Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. 

Es asombroso que muchas veces cuando miramos las circunstancias queremos retroceder, y nos lamentamos y quejamos contra Dios como si el fuese quien nos pone la dificultad.

Dios ya les había dado la tierra prometida, ya era suya, pero decidieron creer en las circunstancias y dificultades.

Sin embargo, Josué y Caleb tuvieron una actitud totalmente diferente.

Números 14:6-9
6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, 
7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel,  diciendo:  La tierra por donde pasamos para reconocerla,  es tierra en gran manera buena. 
8 Si Jehová se agradare de nosotros,  él nos llevará a esta tierra,  y nos la entregará;  tierra que fluye leche y miel. 
9 Por tanto,  no seáis rebeldes contra Jehová,  ni temáis al pueblo de esta tierra;  porque nosotros los comeremos como pan;  su amparo se ha apartado de ellos,  y con nosotros está Jehová;  no los temáis. 

Ellos tuvieron una actitud totalmente diferente, ellos confiaban en las promesas que Dios les había hecho, ellos sabían que tenían la victoria asegurada.

Me gusta esa palabra que dijeron: "porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis".

Ellos sabían que los enemigos no tenían oportunidad, porque Dios estaba con los israelitas, la victoria estaba con su pueblo, y Josué y Caleb habían creído las palabras de Dios y proclamaban su victoria.

Lamentablemente el pueblo de Israel no creyó, y trataron de apagar esa voz victoriosa.

Esa incredulidad y rebeldía produjo un fruto en ellos:

Números 14:10-12
10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos.  Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel, 
11 y Jehová dijo a Moisés:  ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo?  ¿Hasta cuándo no me creerán,  con todas las señales que he hecho en medio de ellos? 
12 Yo los heriré de mortandad y los destruiré,  y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos

La incredulidad y rebeldia hicieron que el juicio de Dios cayese sobre el pueblo de Israel; y aunque en el nuevo pacto Dios ya no nos envía juicio por nuestra incredulidad eso impide que podamos recibir las bendiciones que Dios tiene para nosotros.

Sigamos con nuestro relato:

Números 14:21.24
21 Mas tan ciertamente como vivo yo,  y mi gloria llena toda la tierra, 
22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto,  y me han tentado ya diez veces,  y no han oído mi voz, 
23 no verán la tierra de la cual juré a sus padres;  no,  ninguno de los que me han irritado la verá. 
24 Pero a mi siervo Caleb,  por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí,  yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión

Aquí vemos que aunque Israel no pudo entrar en la tierra prometida, Caleb si pudo entrar porque había en el otro espíritu, ¿cuál era ese espíritu? El espíritu de fe.

Él le creyo a Dios y habló. es lo que dice 2 Corintios 4:13, creí, por lo cual hablé.

Sigamos viendo la vida de Caleb, en el libro de Josué, a los 85 años seguía con el espiritu de fe.

Josué 14:6-14
6 Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal;  y Caleb,  hijo de Jefone cenezeo,  le dijo:  Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés,  varón de Dios,  en Cades-barnea,  tocante a mí y a ti. 
7 Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra;  y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón. 
8 Y mis hermanos,  los que habían subido conmigo,  hicieron desfallecer el corazón del pueblo;  pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. 
9 Entonces Moisés juró diciendo:  Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti,  y para tus hijos en herencia perpetua,  por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios. 
10 Ahora bien,  Jehová me ha hecho vivir,  como él dijo,  estos cuarenta y cinco años,  desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés,  cuando Israel andaba por el desierto;  y ahora,  he aquí,  hoy soy de edad de ochenta y cinco años. 
11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió;  cual era mi fuerza entonces,  tal es ahora mi fuerza para la guerra,  y para salir y para entrar. 
12 Dame,  pues,  ahora este monte,  del cual habló Jehová aquel día;  porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí,  y que hay ciudades grandes y fortificadas.  Quizá Jehová estará conmigo,  y los echaré,  como Jehová ha dicho. 
13 Josué entonces le bendijo,  y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. 
14 Por tanto,  Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo,  hasta hoy,  por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel

Aquí están sus palabras llenas de fe, a los 85 años no estaba preparado para el reposo, estaba listo para tomar posesión de su tierra.

El espíritu de fe habló: "Tengo 85 años pero aún tengo fuerzas para tomar este monte, el territorio de los gigantes", y así pasó, la tierra de los gigantes paso a ser su posesión.

El espíritu de fe es una actitud de corazón, de primero creer y después hablar lo que ha creido; es lo que dice 2 Corintios 4:13, "creí por lo cual hable".

Es lo que dijo Jesús en Marcos 11:23: "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte:  Quítate y échate en el mar,  y no dudare en su corazón,  sino creyere que será hecho lo que dice,  lo que diga le será hecho".

A lo largo de la Biblia podemos ver que eso fue lo que hicieron los grandes hombrres de la Biblia, ellos hablaron a sus montes 

Por ejemplo, vemos ese espíritu de fe en el Rey David:

1 Samuel 17:32-51
32 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él;  tu siervo irá y peleará contra este filisteo. 
33 Dijo Saúl a David:  No podrás tú ir contra aquel filisteo,  para pelear con él;  porque tú eres muchacho,  y él un hombre de guerra desde su juventud. 
34 David respondió a Saúl:  Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre;  y cuando venía un león,  o un oso,  y tomaba algún cordero de la manada, 
35 salía yo tras él,  y lo hería,  y lo libraba de su boca;  y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada,  y lo hería y lo mataba. 
36 Fuese león,  fuese oso,  tu siervo lo mataba;  y este filisteo incircunciso será como uno de ellos,  porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 
37 Añadió David:  Jehová,  que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso,  él también me librará de la mano de este filisteo.  Y dijo Saúl a David:  Ve,  y Jehová esté contigo. 
38 Y Saúl vistió a David con sus ropas,  y puso sobre su cabeza un casco de bronce,  y le armó de coraza. 
39 Y ciñó David su espada sobre sus vestidos,  y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba.  Y dijo David a Saúl:  Yo no puedo andar con esto,  porque nunca lo practiqué.  Y David echó de sí aquellas cosas. 
40 Y tomó su cayado en su mano,  y escogió cinco piedras lisas del arroyo,  y las puso en el saco pastoril,  en el zurrón que traía,  y tomó su honda en su mano,  y se fue hacia el filisteo. 
41 Y el filisteo venía andando y acercándose a David,  y su escudero delante de él. 
42 Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 
43 Y dijo el filisteo a David:  ¿Soy yo perro,  para que vengas a mí con palos?  Y maldijo a David por sus dioses. 
44 Dijo luego el filisteo a David:  Ven a mí,  y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 
45  Entonces dijo David al filisteo:  Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina;  mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel,  a quien tú has provocado. 
46 Jehová te entregará hoy en mi mano,  y yo te venceré,  y te cortaré la cabeza,  y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra;  y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 
47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza;  porque de Jehová es la batalla,  y él os entregará en nuestras manos. 
48 Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David,  David se dio prisa,  y corrió a la linea de batalla contra el filisteo. 
49 Y metiendo David su mano en la bolsa,  tomó de allí una piedra,  y la tiró con la honda,  e hirió al filisteo en la frente;  y la piedra quedó clavada en la frente,  y cayó sobre su rostro en tierra. 
50 Así venció David al filisteo con honda y piedra;  e hirió al filisteo y lo mató,  sin tener David espada en su mano. 
51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo;  y tomando la espada de él y sacándola de su vaina,  lo acabó de matar,  y le cortó con ella la cabeza.  Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto,  huyeron. 

Que tal declaración de David, el hablo su victoria contra el gigante, el espíritu de fe hablando, e impulsándolo para ganar la batalla.

A lo largo de la Biblia vemos como la gente habló en fe y obtuvo su milagro, y eso es lo que debemos hacer nosotros, creer lo que dice la Biblia y hablarlo.

Es lo que hicimos cuando fuimos salvos:

Romanos 10:8-10
8 Mas  ¿qué dice?  Cerca de ti está la palabra,  en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,  y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,  serás salvo. 
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 

Creímos que Dios resucitó a Jesús, y hablamos, confesando que Jesús era nuestro Señor, y recibimos la salvación, el espíritu de fe en acción.

Si así empezamos nuestro caminar cristiano, continuemos dejando fluir ese espíritu de fe en nuestras vidas, creyendo lo que Dios dice y declarando Su victoria en nuestras vidas.

No hoy monte que no se mueva ni gigante que no sea derrotado por el espíritu de fe, es decir cuando nosotros le creemos a Dios y hablamos conforme a lo que hemos creído.


Ricardo Botto


















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