lunes, 28 de febrero de 2022

Realidades de la Nueva Creación 15 - Jesucristo, Nuestro Pastor


Jesucristo, Nuestro Pastor

Salmo 23:1
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.    

Juan l0:14
14 Yo soy el buen pastor

El Salmo 22 contiene una profecía de la muerte de Jesús; el Salmo 23 es una profecía de Él como el Buen Pastor.  En el Salmo 24 tenemos una profecía con relación al hecho de que Jesús es el Rey de Reyes y Señor de Señores que ha de venir.

Ahora mismo, estamos viviendo en el Salmo 23, nos pertenece, es más que tan solo un hermoso pasaje de la escritura. David estaba profetizando cuando dijo: "Jehová es mi Pastor; nada me faltará".  

Colosenses 1:18
18  y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.

El es la Cabeza de todo principado y potestad, El es mi Señor resucitado, sentado a la diestra de la Majestad en las alturas.

Eso significa que usted como cristiano es un vencedor absoluto; eso significa que pobreza, escasez, y necesidad son cosa del pasado.

Filipenses 4:19
19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Nuestro Padre celestial conoce nuestras necesidades, Jesús lo demostró cuando estuvo en la tierra; Él alimentó la multitud, le dio a los discípulos una gran pesca de peces, convirtió el agua en vino, sanó a los enfermos, y suplió cada necesidad del hombre.

Ese es mi Señor, mi Señor Pastor; puedo decir: "¡El Señor es mi Pastor, nada me falta; no me falta sanidad, no me falta salud, no me falta fortaleza, no me falta poder, no me falta habilidad, no me falta dinero, no me falta nada!  ¡El Señor es mi Pastor, nada me  falta!"

Yo puedo decirlo ante la aparente necesidad, puedo decirlo ante la aparente derrota, porque estoy andando por fe, no por vista; la Biblia dijo que nosotros andamos por fe y no por vista (2 Corintios 5:7).  Mi vista puede decirme que no es así, pero si voy a agradar a Dios, voy a tener que aprender a andar por fe y a pensar los pensamientos de Dios.

Isaías 55:9 
9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Los pensamientos que Dios tiene de nosotros son mayores que cualquier pensamiento que podamos tener. No debemos pensar en el reino de lo natural sino como Dios.

Además debemos actuar como Dios, somos sus hijos y debemos participar de la naturaleza de nuestro Padre.  

Pero cuando pensamos naturalmente, sus acciones serán en lo natural.

Tal como confiamos en Cristo como nuestro Mediador, nuestro Intercesor, nuestro Abogado ante el Padre celestial, también debemos confiar en Él como nuestro Pastor, nuestro Sustentador, el Proveedor para nuestras necesidades y el Dador de vida y vida en abundancia.


Ricardo Botto

viernes, 25 de febrero de 2022

Realidades de la Nueva Creación 14 - Jesucristo, Nuestro Abogado


Jesús es Nuestro Abogado

En 1 Juan 1:9-2:2 dice: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestro pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”

1 Juan 2:1-2 (Palabra de Dios Para Todos)
1 Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante Dios: Jesucristo, el Justo.
2 Él sacrificó su vida para quitar nuestros pecados y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo.

Este es el ministerio de Jesús que trata con el perdón de pecados.

Cuando cometemos un pecado, Jesús como nuestro abogado defensor se encarga de defendernos. Por otro lado, cuando el diablo intenta acusarnos ante Dios; Jesús presenta nuestra defensa ante Dios, y su ataque queda sin efecto.

En mis primeros años de creyente, había una canción que cantábamos: “Yo tengo un abogado que mucho me ama, el nunca pierde un caso, todo los gana, el se llama Cristo....”

Ese es nuestro abogado, Jesús. Ya que Jesús está defendiéndonos en el cielo, no debemos creer las mentiras que el diablo trae a nuestra vida.

Una de sus mentiras favoritas es decirnos que Dios no nos va ha perdonar por haberle fallado.

Conocí un joven en 1980 que había conocido al Señor, su cambio fue tan radical, que a la semana siguiente de su conversión más de cien jóvenes de su promoción del colegio empezaron a ir al grupo de jóvenes y le entregaron su vida al Señor.

Sin embargo, dos semanas después cometió un pecado, y el diablo le empezó a decir que Dios nunca lo iba a perdonar. El creyó esa mentira, y nunca pudo recuperarse. Se alejó del Señor.

No se dio cuenta de que tenía un abogado que podía presentarle su caso a Dios.

Dios es un Dios que nos ama y perdona nuestros pecados, y no solo eso, sino que también los olvida.

En Miqueas 7:18-19 dice: “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.”

El mundo dice: “Yo perdono pero no olvido.” Pero Dios es totalmente diferente. Cuando Dios perdona el olvida.

En Hebreos 10:16-17 vemos más de esto: “Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.” 

Aquí volvemos a ver que Dios no se acuerda de los pecados que perdona. Somos nosotros los que no nos perdonamos cuando hacemos algo incorrecto. No sacamos el pecado de nuestra mente, y estamos pensando una y otra vez en él permitiendo que la conciencia de pecado actúe en nuestras vidas; y como resultado volvemos a pecar, y entramos en un círculo vicioso, no podemos ser libres.

Es tiempo de ponerle un alto a esa actitud; debemos darnos cuenta que cuando Dios nos perdonó, nos hace libres del pecado. 

Hermano, ¡tú ya eres libre!

Ya no camines más en esa conciencia de pecado sino en la conciencias de justicia que viene por conocer lo que Cristo hizo por ti.

Otra cosa que debemos de hacer, es no escuchar las palabras de condenación que algunos hermanos traen sobre nosotros.

Aunque Dios nos perdona muchas veces las personas no lo hacen; y están listos para condenarnos y acusarnos a la menor oportunidad.

En Gálatas 6:1 dice: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tu también seas tentado.”

Una vez compartiendo con un hermano que tenía cuatro meses de creyente, me contó que un creyente con varios años en el Señor, lo estaba condenando porque aún no había dominado su lenguaje.

Es cierto que debemos cuidar nuestra forma de hablar, pero no podemos esperar que un creyente nuevo, sea perfecto. Debemos tener paciencia y esperar que madure. 

En lugar de condenar a los hermanos debemos restaurarlos en espíritu de mansedumbre. 

Jesús es nuestro abogado, Él presenta nuestro caso a Dios, y Dios nos perdona inmediatamente. Y luego de perdonarnos Dios olvida lo que hicimos.

Así que, deja de condenarte y empieza a caminar en la dimensión de su perdón.


Ricardo Botto

domingo, 20 de febrero de 2022

Realidades de la Nueva Creación 13 - Jesucristo, Nuestro Intercesor


Jesucristo, Nuestro Intercesor

Hebreos 4:14-16 (Reina Valera Actualizada) 
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que ha traspasado los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra confesión.
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras debilidades, pues él fue tentado en todo igual que nosotros, pero sin pecado. 
16 Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro.

1 Timoteo 2:5
5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.

El ministerio de Jesús como Sumo Sacerdote no terminó  cuando el presentó su sangre en el Lugar Santísimo celestial; sino que además tiene otras tareas que cumplir como nuestro intercesor y mediador entre Dios y el hombre.
    
Juan 14:6
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

El es el Sumo Sacerdote mediador entre Dios y el hombre; ningún hombre puede llegar al Padre sino por medio de Cristo.

Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.  

Solo por medio de Jesús podemos entrar a la presencia del Padre sin condenación. 
   
La iglesia primitiva era llamada "El Camino". Miremos algunas escrituras que se encuentran en los Hechos de los Apóstoles.

Hechos 9:2
2  Y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de ESTE CAMINO, los trajese presos a Jerusalén.

Esta escritura se refiere a Saulo de Tarso, quien tenía en su poder cartas de las autoridades dándole la potestad de arrestar cualquier persona que encontrase que fuera miembro "del Camino".
   
Hechos 19: 9
9 Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo EL CAMINO delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno.

Otra traducción dice: "Cuando algunos se endurecieron y fueron desobedientes, hablando mal del Camino".

Hechos 19:23
23 Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca DEL CAMINO.

Hechos 24:14
14 Pero esto te confieso, que según EL CAMINO que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas.

Hechos 24:22
22 Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de ESTE CAMINO, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto.
  
Hechos 16:17
17  Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian EL CAMINO de salvación.
  
Aún el diablo llamaba a la iglesia “el camino”.
   
Entonces, Cristo no solamente es el Señor Sumo Sacerdote; El también es el Mediador - el único camino por el cual el pecador puede llegar a Dios.
   
En el momento en que una persona acepta a Cristo, ¡Jesús llega a ser su Intercesor sumo sacerdotal!  La Biblia nos dice que El vive siempre para interceder por los creyentes:
    
Hebreos 7:25
25 Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.
  
Isaías 53:12
12 . . . derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
  
Romanos 8:34
34  ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, EL QUE TAMBIEN INTERCEDE POR NOSOTROS.

Jesús nunca sale de vacaciones, ni deja sus deberes; el siempre está intercediendo (enteuchano) por nosotros ante el Padre..
   
Enteuchano es un término técnico para acercarse a un rey, buscando su presencia y atención en favor de otros.

Jesús está a la diestra de Dios, donde vive siempre para interceder por nosotros buscando la atención de Dios en favor nuestro.

Cuando venimos por medio de Cristo, tenemos la garantía de obtener la atención de Dios. No podemos acercarnos a El de ninguna otra forma, a menos que lo hagamos a través de su Hijo.

Sin embargo, muchas personas pretenden que Dios escuche y conteste sus oraciones basados en otras cosas; esto no es para decir que no creo en buenas obras - sí creo en ellas. Creo en vivir correctamente, pero Dios no va a escuchar y a contestar sus  oraciones basado en sus buenas obras, aunque, sí lo recompensará por ellas.

Muchos creyentes piensan que Dios debe sanarlos a causa de sus buenas obras, que El está bajo la obligación de hacer algo por ellos; sin embargo, si pudiéramos venir a Dios a través de nuestras buenas obras, no habría ninguna necesidad de que Jesús desempeñe Su ministerio de Intercesor.  El vive siempre para interceder por nosotros, buscando a Dios a favor nuestro, y nosotros necesitamos venir a Dios por medio de El.  

Una mujer le dijo a un pastor: "Pastor, usted sabe que en esta iglesia no hay un cristiano mejor que mi madre". Y el pastor asintió.
   
Ella continuó: "Todo el resto de la familia también son cristianos fieles; con todo, no sé si alguno en mi familia ha sido sanado alguna vez, siempre terminamos yendo al hospital o siendo operados, o simplemente muriendo."
   
"La familia de mi esposo es una historia diferente; ellos asisten a la iglesia, pero no parecen servir a Dios de todo corazón, sin embargo, no sé si alguno de ellos ha dejado de ser sanado,  ni siquiera el más infiel de todos. ¿Puede usted decirme por qué?"
   
El pastor le dijo: "Yo no conozco la familia de tu esposo, pero de acuerdo con lo que la Palabra de Dios enseña, ellos  deben ser son prontos para arrepentirse, perdonar y creer a Dios"
   
Ella exclamó: "¡Si!, está en lo correcto.  No creo jamás haber visto gente que se arrepienta mas rápidamente que ellos; nunca guardan rencor contra nadie. Mi familia, es siempre todo lo contrario: tardos para arrepentirse, tardos para perdonar, y les llevaría la eternidad creer en algo."
   
Ella dio justo en el corazón del problema y diagnosticó su propio caso. Cuando su familia vio que estaban equivocados, fueron tardos para admitirlo.
   
Hebreos 7:25
25 Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

La palabra salvar (sozo) significa sencillamente liberar del mal temporal.

Esto explica como este familia era sanada aun cuando estaban en comunión íntima con el Señor.  (Por supuesto, Dios no sana a la gente porque ellos sean unos malos cristianos; El los sana porque ellos vienen a El en la forma correcta).

Jesús está orando por ellos, El vive siempre para interceder, y puede sanar perpetuamente a los que por El se acercan a Dios.  Usted no puede llegar al Padre de ninguna otra manera.
   
Jesús es el Camino: para ser salvo, para ser restaurado, para sanidad, para recibir el bautismo en el Espíritu Santo, para tener las necesidades materiales suplidas, y para recibir respuestas a las oraciones.
   
Podemos venir al Padre en el nombre de Jesús. 

Ricardo Botto



jueves, 17 de febrero de 2022

Realidades de la Nueva Creación 12 - Jesús, Nuestro Sumo Sacerdote


Lo que Jesucristo Hace Hoy por Nosotros

Filipenses 2:8-11
8 Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,  
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Debido a su muerte y resurrección Jesús recibió toda la autoridad.

Hebreos 1:3
3 El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

Luego de sentarse a la diestra de Dios, Jesús termino con su ministerio terrenal pero empezó su ministerio celestial a nuestro favor.

Jesús, Nuestro Sumo Sacerdote

Hebreos 4:14-16
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión (confesión). 
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.  
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Jesús es llamado “un gran sumo sacerdote”. 

El Sumo Sacerdote (Archiereus), era el grado mas alto de la religión judía. Era la persona que Dios había designado para entrar al Lugar Santísimo y presentar la sangre del cordero que se sacrificaba cada año para cubrir los pecados del pueblo.

El Sumo Sacerdote, como su nombre lo indica era el principal de los sacerdotes (palabra que significa: “Uno que ofrece sacrificios y que está a cargo de las cosas que pertenecen a ellos.”)

Hebreos 8:1-7
1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 
2 ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.  
3 Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. 
4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; 
5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. 
6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 
7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.

En este pasaje vemos la diferencia entre el sacerdocio levítico y el sacerdocio de Jesús.

Dios estableció el sacerdocio levítico para poder presentar ofrendas y sacrificios conforme a la ley; incluyendo el sacrificio por los pecados del pueblo.

Hebreos 9:11, 12
11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
                     
Hebreos 9:24-26
24  Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;
25  y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
26  De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.

En el sacerdocio levítico se presentaba la sangre de animales para cubrir los pecados del pueblo durante un año; pero en el sacerdocio de Jesús, él mismo ofreció su sangre en sacrificio por nuestros pecados para darnos eterna redención. 

Juan 20:11,15-17
11  Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro;
15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras?  ¿A quién buscas?  Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
16  Jesús le dijo: ¡María!  Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).
17  Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

Cuando Jesús le dijo a María “no me toques”; El estaba dirigiéndose al Lugar Santísimo celestial para entrar y presentar su sangre como la ofrenda o sacrificio eterno por nuestros pecados.

Hebreos 2:14-17
14  Así que, por cuanto los hijos  participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
15 y librar a todos las que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
16  Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.
17  Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

Aquí la palabra expiar, es en realidad hacer propiciación (Hilaskomai); que significa: “Hacer a los dioses propicios, aplacar la ira, algo que en su actitud natural no ha sido concebido como una buena voluntad, sino algo que debía ser ganado.

Notemos que no es Dios quien necesita reconciliarse con el hombre, sino el hombre con Dios. Y esto lo hace solamente el que se acerca a Él por medio de la fe en el sacrificio propiciatorio de Cristo.

Las demandas de justicia de Dios debían ser satisfechas. Fue necesario que Cristo, como Sumo Sacerdote, hiciera propiciación (aplacar la ira de Dios mediante un sacrificio) por los pecados del pueblo; El tuvo que llevar su sangre al Lugar Santísimo celestial y sellar con ella el documento de nuestra redención.
   
A través del sacrificio propiciatorio de Cristo, la persona que cree en el, es liberado de la ira que justamente se merece por quebrar voluntad de Dios.

Este es un ministerio que no tiene que repetir: El no entra al Lugar Santísimo año tras año como lo hacían los sumos sacerdotes; El entró una vez, y para siempre para obtener eterna redención para nosotros. Su sangre es la garantía de nuestra redención.

Esto es lo que El estaba encaminado a hacer cuando María lo vio y El le dijo: "No me toques". Cuando los discípulos lo vieron un poco más tarde, El ya se había encargado de nuestra redención, ya que les dijo: "Ahora, pueden tocarme".

Luego, cuando Cristo ascendió al cielo y se sentó a la diestra del Padre, El comenzó otro ministerio, un ministerio sumo sacerdotal ininterrumpido como nuestro Abogado, Mediador, Intercesor y Pastor.

Hebreos 9:28
28  Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.

Faltaba que se tomara acción con respecto a la naturaleza en el hombre que lo hacía pecar; aquella naturaleza en el hombre que lo hacía mentir, robar y romper la ley. Jesús trató con esa naturaleza de pecado bajo el Nuevo Pacto; El quitó esa naturaleza por medio del sacrificio de sí mismo.

Notemos que la escritura no dice "pecados"; pecados son hechos o acciones que están mal. Dice "pecado", refiriéndose a la naturaleza de pecado del hombre - la que lo indujo a hacer lo que hacía.
   
Cristo no solamente llevó nuestros pecados (nuestros hechos y acciones de maldad),  El llevó nuestro pecado (la naturaleza de pecado del hombre).
   
No nos hubiera ningún bien que Cristo llevase únicamente nuestros pecados - aún tendríamos la vieja naturaleza de pecado, y no podríamos dejar de actuar mal, seríamos la misma clase de criatura que siempre habíamos sido. Pero, Jesús hizo algo con esa naturaleza de pecado que nos inducía a pecar al quitar el pecado por medio del sacrificio de sí mismo; y lo hizo una vez para siempre.
   
Hebreos 8:6
6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.

Nosotros tenemos un mejor pacto bajo esta dispensación del Espíritu Santo; Por medio del nuevo nacimiento, que experimentamos, Cristo quitó nuestra vieja naturaleza de pecado y nos dio la vida y naturaleza de Dios.  

Hay un aspecto más en su sacerdocio.

Hebreos 3:1
1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión.

Hebreos 13:1 (Biblia del Pueblo de Dios)
1 Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y participan de un mismo llamado celestial, piensen en Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos.

Hebreos 3:1 (Biblia EUNSA)
1 Por tanto, hermanos santos que sois partícipes de una vocación celestial, fijad vuestra atención en Jesús, Apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que confesamos.

Hebreos 3:1 (Reina Valera Actualizada)
1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad a Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra confesión.

Aquí la palabra profesión es homología que significa confesión.

Es decir, Jesús es el sumo sacerdote de nuestra confesión.

Cuando nosotros hacemos una confesión de fe, Jesús se encarga de ir al Padre y se lo dice para que actúe a nuestro favor.

Hebreos 4:14
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.

Hebreos 4:14 (Reina Valera Actualizada)
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que ha traspasado los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra confesión.

Debemos mantenernos firmes con lo que estamos declarando porque Jesús está a nuestro favor encargándose de que ocurra.


Ricardo Botto

miércoles, 16 de febrero de 2022

Realidades de la Nueva Creación 11 - Identificados con Cristo


Identificados Con Cristo

Romanos 5:12
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

1 Corintios 15:21-22, 45
21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 
45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

Desde el punto de vista de Dios, en el momento que Cristo fue crucificado, muerto, sepultado, resucitado y sentado en los lugares celestiales, nosotros también.

El primer Adán fue la cabeza de una raza de hombres que murió espiritualmente; el postrer Adán es la cabeza de una nueva raza de hombres que nunca antes existió.

Todos los hombres están incluidos en Adán y en todas las cosas en las que participó, pues estamos identificados con él.

La identificación con Cristo es nuestra completa unión con todo lo que él hizo, junto con él pasamos lo que él pasó. La identificación es el aspecto legal de nuestra redención, lo que el Espíritu hace en nosotros es el aspecto vital. La identificación es todo lo que Cristo obtuvo para la nueva criatura.
 
Doce Aspectos de la Identificación

1. Crucificados con Cristo

Gálatas 2:20
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Ya hemos sido juzgados, condenados, flagelados, desvestidos y crucificados con él.

Romanos 6:6
6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

Participamos en sus sufrimientos y estamos incluidos en su muerte para ya no estar bajo el primer Adán sino bajo Cristo.

Romanos 6:14
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Hemos muerto y ya no estamos bajo ley sino bajo la gracia.

2. Él Fue Hecho Pecado

2 Corintios 5:21
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.  

2 Corintios 5:21 (Wuest)
21 Aquel que no conoció pecado de manera experimental, a favor y en vez de nosotros, fue hecho pecado, para que nosotros, podamos convertirnos en la justicia de Dios en Él.

2 Corintios 5:21 (Biblia en Lenguaje Sencillo)
21 Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo.

2 Corintios 5:21 (Biblia Latinoamericana)
21 Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometió pecado, para que así nosotros participáramos en él de la justicia y perfección de Dios.

2 Corintios 5:21 (Biblia del Pueblo de Dios)
21 A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él.

2 Corintios 5:21 (Biblia Castilian)
21 Porque Dios tomó a Cristo, que de sí mismo no conocía el pecado, y le hizo cargar con el nuestro como si fuera suyo; de esta forma, a nosotros, libres ya de toda culpa, Dios nos declara justos.

2 Corintios 5:21 (Versión Torres Amat)
21 El cual por amor de nosotros ha tratado a aquel que no conocía al pecado, como si hubiese sido el pecado mismo, con el fin de que nosotros viniésemos a ser en él justos con la justicia de Dios.

Al ver varias versiones de la Biblia podemos ver la riqueza de la obra de Dios por nosotros por medio de Jesucristo.

A pesar de que Jesús no peco ni conoció por experiencia el pecado; Dios mismo lo idéntico con el pecado a favor de nosotros y en nuestro lugar, al poner sobre Él y cargar nuestro pecado como si fuera suyo. 

Todo esto lo hizo con el propósito de librarnos de la pecado para hacernos justos e inocentes, para que en Él participáramos de su justicia y perfección.

Al hacerse pecado Jesús se estaba identificando con los hombres tomando la naturaleza caída para poder tomar nuestro lugar y justificarnos.
.
3. Él Fue Hecho Enfermedad

Isaías 53:3-5
3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.  
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

En esa cruz Jesús no solo llevó nuestros pecados sino también nuestra enfermedad. Él se hizo enfermedad por nosotros para que no tengamos que sufrir en enfermedad.

Mateo 8:17
17 Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

No tenemos  que estar llevando lo que Jesús llevó. Jesús llevó nuestras enfermedades; no hay ningún motivo para que las llevemos en nuestro cuerpo. 

Una vez le di un ejemplo a mi hijo Ricardo mientras íbamos a la escuela de Sanidad Divina. 

Yo le había estado enseñando que Jesús había llevado nuestras enfermedades, así que le dije: “Supongamos que mi Biblia es la enfermedad, yo soy el enfermo y tu eres Jesús, ahora tu toma la Biblia y llévala”; el me quitó la Biblia y se la llevó, así que le dije: “Eso fue lo que hizo Jesús el tomó nuestras enfermedades y se las llevó, ahora él es quien tiene nuestras enfermedades.

A veces pensamos que tenemos que ir por la vida llevando nuestras enfermedades; pero, la enfermedad ya no es nuestra, Jesús la tomó y se la llevo, así que no vayas detrás de él, queriendo quitarle tu enfermedad para volverla a sufrir.

4. Él Se Hizo Pobre

2 Corintios 8:9
9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.

2 Corintios 8:9 (Nueva Biblia de los Hispanos)
9  Porque conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a ustedes se hizo pobre, para que por medio de Su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.

2 Corintios 8:9 (Dios Habla Hoy)
Porque ya saben ustedes que nuestro Señor Jesucristo, en su bondad, siendo rico se hizo pobre por causa de ustedes, para que por su pobreza ustedes se hicieran ricos.

Fue en la cruz donde Jesús se hizo pobre por nosotros, cuando fue crucificado no tenía ni siquiera el taparrabo que le pusieron para tapar sus partes íntimas, estaba totalmente desnudo.

Durante su ministerio nunca experimentó hambre ni necesidad, todo lo que necesitaba lo tuvo. Pudo alimentar durante todo su ministerio a sus discípulos, dio de comer a los pobres, no le falto donde dormir a él ni a los suyos. Sin embargo, en esa cruz lo dejó todo, murió sin nada.

Es a través de está pobreza que nosotros somos hechos ricos.

Hebreos 8:6
6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.

Es a través de nuestra identificación con Cristo que recibimos las bendiciones del nuevo pacto. Todo lo que somos y lo que tenemos es la consecuencia de la obra de Jesús por nosotros.

En el mundo tendremos aflicción y persecución, pero eso no significa que dejemos de recibir las cosas que nos pertenecen.

La tribulación contra el creyente no es la enfermedad ni la pobreza, la tribulación es un ataque contra el creyente debido a la Palabra que ha recibido.

Marcos 4:16-17
16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo;
17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.

La tribulación o persecución vienen con el propósito de robar la Palabra que fue sembrada en nosotros

Juan 16:33
33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

A pesar de las persecuciones que lleguen contra nosotros tenemos la victoria.

5. Hemos Muerto con Él

Isaías 53:9-12
9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.  
10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

En Hebreo dice “en sus muertes”. Para poder identificarse con nosotros Jesús tuvo que morir tanto física como espiritualmente.

2 Timoteo 2:11-13
11 Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él;
12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.
13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.

Para vivir con él también debemos morir con él.

Romanos 6:7
7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.

Al morir con Él es que somos justificados del pecado.

1 Pedro 2:24
24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

Jesús se hizo pecado por nosotros para que nosotros podamos vivir.

6. Fuimos  Sepultados con Él

Colosenses 2:12-13
12 Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

Romanos 6:4
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.  

El hecho de haber sido sepultados con Cristo significa que nuestro viejo hombre ya fue sepultado y nosotros somos ahora nuevas criaturas.

7. Él Sufrió Todo por Nosotros

Salmo 88:3, 7
3 Porque mi alma está hastiada de males, mi vida cercana al Seol.
7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah

Este Salmo nos habla de los sufrimientos que iba a sufrir Cristo por nosotros.

1 Pedro 3:18
18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.

Jesús sufrió en la carne para llevarnos a Dios.

Apocalipsis 1:17-18
17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

Jesús sufrió los tormentos del infierno, la ira y separación de Dios y debido a eso paralizó a Satanás y le quitó las llaves de la muerte y el hades.

8. Vivificados con Él

Colosenses 2:13
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

Efesios 2:5
5 Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).

Nosotros que estábamos muertos hemos recibido la vida eterna juntamente con Jesucristo.

Romanos 6:5
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.

Hechos 13:33
33 La cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.

1 Pedro 3:18
18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.

A través de la resurrección de Jesús es que nosotros somos llevados a Dios,

9. El Fue Hecho Justo

Romanos 3:21-26
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;
22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

Somos justos por la obra de Dios en Cristo, y por eso es que tenemos la naturaleza de Dios en nuestras vidas.

Romanos 4:24-25
24 Sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

Jesús fue hecho justo cuando resucito a fin de poder justificarnos.

10. Conquistó a Satanás

Apocalipsis 1:17-18
17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

En su resurrección Jesús conquistó el reino de Satanás y tomó dominio sobre él.

Mateo 28:18
18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Jesús recibió la autoridad que el diablo tenía sobre la tierra.

Colosenses 2:15
15 Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.  

En la cruz Jesús despojó al diablo y sus huestes de su poder y autoridad.

Hebreos 2:14
Así que,  por cuanto los hijos participaron de carne y sangre,  él también participó de lo mismo,  para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,  esto es,  al diablo

Este verso es un poco engañoso en la revisión Reina Valera de 1960, nos hace pensar que Satanás fue destruido, pero veamos que dicen otras versiones.

El Nuevo Testamento de Arcas y Fernández dice: “Y como los miembros de una familia participan de una misma carne y sangre, también Jesús comparte carne y sangre con los hombres. Puede así, con su muerte, reducir a la impotencia al señor de la muerte, es decir, al diablo”.

Esta versión dice que Satanás fue reducido a la impotencia.

Veamos lo que dice la Biblia Latinoamericana: “Puesto que esos hijos son de carne y sangre, Jesús también experimentó esta misma condición y, al morir, le quitó su poder al que reinaba por medio de la muerte, es decir, al diablo".

Aquí dice que le quitó su poder a Satanás.

La Biblia de las Américas lo describe así: “Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo.”

Aquí vemos que anuló su poder.

La Palabra de Dios Para Todos dice: “Los hijos de una familia son seres de carne y hueso, por eso Jesús se hizo de carne y hueso igual que ellos. Sólo así pudo morir y con su muerte derrotar al diablo, quien tenía el poder de la muerte.”

Entonces, vemos que Jesús no destruyo a Satanás lo que hizo fue quitarle y anular su poder, reduciéndolo a la impotencia.

Romanos 8:37
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Nos identificamos con esta victoria en el hecho de que somos más que vencedores, es decir, Jesús ya venció la batalla, ahora nosotros disfrutamos de la victoria.

11. Somos Resucitados con Él

Romanos 6:5
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.

El ser plantados juntamente con Jesús en su resurrección, significa que Dios acepto el sacrificio de Jesús en la cruz y que podemos disfrutar de la vida eterna.

Efesios 1:19, 20, 2:1
19 y cuál la extraordinaria grandeza de su poder con respecto a nosotros, los que creemos, según la eficacia del poder de su fuerza
20 que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo,
2:1 Y a vosotros, que estabais muertos por las culpas y pecados.

Nosotros somos también identificados con Cristo en su resurrección.

12. Se Sentó

Hebreos 1:3
3 El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

Colosenses 3:1
1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

Jesús habiendo acabado su obra en la tierra se sentó a la diestra de Dios; esto significa que ya no le toca a él hacer la obra aquí en la tierra sino a nosotros.

Juan 19:30
30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.  

Su obra ya terminó, el pagó el precio de nuestra redención por tanto hagamos nosotros las obras de Dios en la tierra.

Efesios 2:4-7
4  Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
5  aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo(A) (por gracia sois salvos),
6  y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
7  para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

Jesús terminó su obra y nosotros estamos sentados con el en el mismo trono de autoridad en que Él está.

Romanos 5:17
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

La Versión Amplificada dice que “reinamos como reyes en vida”; es decir, ya que estamos sentados en el mismo trono de Jesús, reinamos en esta vida como reyes.


Ricardo Botto