miércoles, 11 de febrero de 2015

Los Dones de Función que Hacen Algo

Los Dones de Función que Hacen Algo

Sigamos con nuestra enseñanza acerca de los dones de función.

Como hemos definido anteriormente existen 2 categorías de los dones de función: los que dicen algo y los que hacen algo, en esta ocasión veremos los dones de función que hacen algo.


Teniendo diversos y diferentes dones (aptitudes, capacidades y habilidades), que varían según la gracia que Dios nos ha concedido a cada uno de nosotros en su generoso amor (para realizar nuestra labor dentro del cuerpo); si el don que alguien ha recibido es el de profecía, que profetice en proporción y conforme a la medida de fe que le fue asignada.
Si la gracia que Dios le ha concedido es el diaconado, que es el don de servicio o ministración a otros, que use su don sirviendo y ministrando bien. Si la gracia que ha recibido es el don de maestro, use su don y cumpla su labor dedicándose a la enseñanza y a la doctrina.
Si la gracia que ha recibido es el don de exhortar y predicar, dedíquese a exhortar y animar a los demás; si la gracia que ha recibido es el don de repartir hágalo con generosidad y liberalidad. Si la gracia que ha recibido es el don de presidir, liderar y dirigir, cumpla su responsabilidad con diligencia y con todo esmero; si la gracia que ha recibido es el don de misericordia y de ayudar a los necesitados, hágalo con alegría.
Romanos 12:6-8 (Biblia Expandida de Fe)

Los dones de función que hacen algo son cuatro tipos de ministerios  que se ocupan de servir en las diversas de la iglesia local a la que pertenecen.

Son cuatro estos dones de función, el don de servicio, el don de repartir, el don de presidir y el don de mostrar misericordia.


EL DON DE FUNCIÓN DE SERVICIO


Si la gracia que Dios le ha concedido es el diaconado, que es el don de servicio o ministración a otros, que use su don sirviendo y ministrando bien
- Romanos 12:7 - Biblia Expandida de Fe 

Acerca del don de función de servicio Wuest nos dice:

"Servir" es diakonia, esta es una de las palabras griegas para siervo. Trench dice que esta palabra representa el siervo en su actividad. Por tanto, la palabra se refiere al que sirve... La palabra "ministerio" está en la esfera. La exhortación es que la persona que presta el servicio debe prestar servicio en el ámbito o esfera en que Dios lo colocó y para el que le dio ese don. Moule dice de esta palabra: "Casi cualquier trabajo excepto el de la expresión inspirada o de milagros se pueden incluir en aquí." Godet dice; "Una actividad de naturaleza práctica ejercida en la acción, no en la palabra."

El que sirve, también conocido como el que ministra, o como se le llama en muchas iglesias el diácono, abarca las diversas áreas de servicio dentro de la iglesia local; donde quiera que haya una necesidad Dios levanta dones de servicio para suplirla.

Hay muchas áreas de servicio en la iglesia y Dios capacita a creyentes para realizarlas.

DON DE FUNCIÓN DE REPARTIR

si la gracia que ha recibido es el don de repartir hágalo con generosidad y liberalidad 
- Romanos 12:8 - Biblia Expandida Fe

La persona que tiene este don tiene una capacidad sobrenatural para conseguir dinero, ya que la labor de su función es repartir; si no tienes dinero no puedes repartirlo.

Otra característica que tiene es un corazón generoso, cuando se levanta una necesidad, él está ahí sin que nadie lo llame, esa es su vida, vive para dar.


DON DE FUNCIÓN DE PRESIDIR


Si la gracia que ha recibido es el don de presidir, liderar y dirigir, cumpla su responsabilidad con diligencia y con todo esmero
- Romanos 12:8 - Biblia Expandida Fe

El don de presidir es el que lidera y dirige.

Como dice Vincent: "El que se coloca al frente. La referencia es a cualquier posición que implica supervisión."

En una iglesia local siempre hay diversos ministerios especializados, y siempre es necesaria una persona que se coloque al frente para poder supervisar que todo marche correctamente y en orden.

Sea la música, los jóvenes, los niños, los consejeros, los ujieres, o cualquier otro grupo dentro de la iglesia siempre se necesita de un líder, y Dios ha hecho esa provisión a través del don de presidir.

Como dice Wuest acerca de la palabra diligencia: "La idea de hacer las cosas sin demora, estar dispuesto, ser diligente, y poner todo el esfuerzo se encuentra en esa palabra." 

El que preside no solo debe depender de su don, debe ejercerlo con un intenso esfuerzo y determinación.

DON DE FUNCIÓN DE MISERICORDIA

si la gracia que ha recibido es el don de misericordia y de ayudar a los necesitados, hágalo con alegría
- Romanos 12:8 - Biblia Expandida Fe

Barnes nos dice aceca de este don: "Calvino dice que es probable que esto se refiera a los que tenían el cuidado de los enfermos y los débiles, los ancianos y los necesitados; no tanto para cubrir sus necesidades por medio de la caridad, sino para atenderlos en sus tribulaciones, y cuidar de ellos."

Vemos que este don va dirigido hacia las personas que tienen necesidades, los enfermos, los débiles, los ancianos, los huérfanos, las viudas, es decir, hacia todo aquel que tiene una necesidad.

Acerca de la actitud que deben tener los que tienen este don Vincent nos dice: "La disposición gozosa, la gracia amable, la afabilidad que llega hasta el punto de la alegría, que hacen que el visitante sea un rayo de sol que penetra en el cuarto del enfermo, y el corazón de afligido."

No vamos con una cara de tristeza y mucho menos de espanto, vamos con alegría, eso nos ayuda también no solo a guardar nuestro corazón sino para ayudar a que el necesitado pueda recibir los que Dios tiene para él.

sábado, 7 de febrero de 2015

Los Dones de Función que Dicen Algo

Los Dones de Función que Dicen Algo

Los dones de función de Romanos 12:3-8 podemos definirlos en dos grupos: los que dicen algo y los que hacen algo, en esta ocasión veremos a los que dicen algo.


La gracia que Dios me ha confiado en su bondad (como apóstol) me autoriza también a advertirles y exhortarles a todos y a cada uno de ustedes: que a nadie se le suban los humos a la cabeza y tenga un concepto más alto de sí que el que debe tener; pensando en sí mismo con moderación y estimándose con la medida justa sin ideas exageradas de su propia importancia, conforme al grado y la medida de fe que Dios le ha concedido a cada uno (y los dones y capacidades que Dios les ha repartido, distribuido y entregado).
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen idéntico oficio, función o modo de actuar (sino que cada uno tiene su propósito específico).
De manera semejante, nosotros, siendo muchos de manera colectiva, formamos un solo cuerpo en Cristo, en el que cada miembro de manera individual y recíproca está unido, pertenece y está conectado al servicio de los demás.
Teniendo diversos y diferentes dones (aptitudes, capacidades y habilidades), que varían según la gracia que Dios nos ha concedido a cada uno de nosotros en su generoso amor (para realizar nuestra labor dentro del cuerpo); si el don que alguien ha recibido es el de profecía, que profetice en proporción y conforme a la medida de fe que le fue asignada.
Si la gracia que Dios le ha concedido es el diaconado, que es el don de servicio o ministración a otros, que use su don sirviendo y ministrando bien. Si la gracia que ha recibido es el don de maestro, use su don y cumpla su labor dedicándose a la enseñanza y a la doctrina.
Si la gracia que ha recibido es el don de exhortar y predicar, dedíquese a exhortar y animar a los demás; si la gracia que ha recibido es el don de repartir hágalo con generosidad y liberalidad. Si la gracia que ha recibido es el don de presidir, liderar y dirigir, cumpla su responsabilidad con diligencia y con todo esmero; si la gracia que ha recibido es el don de misericordia y de ayudar a los necesitados, hágalo con alegría.
Romanos 12:3-8 (Biblia Expandida de Fe)

Los dones de función que dicen algo son tres tipos de ministros locales en la iglesia local que comparten la Palabra: el que profetiza, el que enseña y el que exhorta.

EL DON DE FUNCIÓN DE PROFECÍA

si el don que alguien ha recibido es el de profecía, que profetice en proporción y conforme a la medida de fe que le fue asignada
- Romanos 12:6  (Biblia Expandida de Fe)

No es fácil definir este don porque no es el don ministerial de Profeta de Efesios 4, ni tampoco el don del Espíritu de Profecía de Romanos 12 y 14.

Recordemos que los dones de función son gracias especiales que Dios coloca sobre personas para tomar su posición de servicio dentro de la iglesia local.

La versión Schökel y Mateos dice: "si es el hablar inspirado"

Vine nos dice que profecía significa la proclamación de la mente y el consejo de Dios.

Wesley Center Online lo define el don de función de profecía así: "Pablo lo define en 1 Corintios 14:3, como 'hablar a los hombres para edificación, exhortación y con­solación'. Más que predecir, profetizar significa compartir la Palabra de Dios con los que necesitan oírla."

El que profetiza es un predicador local cuyo mensaje (a diferencia del maestro que es el que imparte doctrina en la iglesia) es una predicación inspirada para edificar, exhortar o consolar a la iglesia.

El que profetiza también puede moverse en el área de la consejería, ya que tiene la gracia para edificar, exhortar y consolar al que lo escucha. 

Aunque como toda persona que ministra la Palabra debe estudiarla y conocerla, su mensaje siempre tiene un elemento de inspiración. 

EL DON DE FUNCIÓN DE ENSEÑANZA

Si la gracia que ha recibido es el don de maestro, use su don y cumpla su labor dedicándose a la enseñanza y a la doctrina 
- Romanos 12:7 (Biblia Expandida de Fe)

La Biblia Plenitud dice de este pasaje: "Se refiere tanto a aquellos especialmente dotados para escudriñar e instruir en la verdad revelada de la Palabra de Dios, independientemente de la función pública que ejerzan, como a los maestros profesionales."

Este don de función del que enseña no es el don ministerial del maestro de Efesios 4, ya que su campo de trabajo es la iglesia local, no solo su enseñanza es desde el púlpito sino también en la escuela dominical de la iglesia y otros programas locales que requieran de enseñanza.

Dos particularidades vemos en el don de función del que enseña, tiene la capacidad para escudriñar la Escrituras y llegar "al meollo del asunto" para recibir la revelación de la Palabra escrita, pero además tiene la habilidad de poder enseñarla a otros.

Notemos que este don no es una persona que es un maestro profesional sino una persona a la cual Dios dotó con esta habilidad. 

DON DE FUNCIÓN DE EXHORTACIÓN

Si la gracia que ha recibido es el don de exhortar y predicar, dedíquese a exhortar y animar a los demás
- Romanos 12:8 (Biblia Expandida de Fe)

El don de exhortación tiene una doble función, animar a los creyentes para llevarlos a nuevas fronteras en Cristo y llevar a los incrédulos a Cristo. 

Este es el don que tienen los que llamamos predicadores locales. No es el don ministerial del evangelista, pero tiene la habilidad de ganar gente para Cristo y ciertamente todo evangelista empezó como un exhortador (aunque no todo exhortador termina siendo un evangelista).

Otra de la habilidades que tiene es encender el corazón de la iglesia para ir y alcanzar a los perdidos, tiene una gran pasión por las almas.

jueves, 5 de febrero de 2015

¿Cual es mi lugar en la iglesia local?

¿Cual es mi lugar en la iglesia local?


Romanos 12:3-8 (Biblia Expandida de Fe)
3 La gracia que Dios me ha confiado en su bondad (como apóstol) me autoriza también a advertirles y exhortarles a todos y a cada uno de ustedes: que a nadie se le suban los humos a la cabeza y tenga un concepto más alto de sí que el que debe tener; pensando en sí mismo con moderación y estimándose con la medida justa sin ideas exageradas de su propia importancia, conforme al grado y la medida de fe que Dios le ha concedido a cada uno (y los dones y capacidades que Dios les ha repartido, distribuido y entregado).
4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen idéntico oficio, función o modo de actuar (sino que cada uno tiene su propósito específico).
5 De manera semejante, nosotros, siendo muchos de manera colectiva, formamos un solo cuerpo en Cristo, en el que cada miembro de manera individual y recíproca está unido, pertenece y está conectado al servicio de los demás.
6 Teniendo diversos y diferentes dones (aptitudes, capacidades y habilidades), que varían según la gracia que Dios nos ha concedido a cada uno de nosotros en su generoso amor (para realizar nuestra labor dentro del cuerpo); si el don que alguien ha recibido es el de profecía, que profetice en proporción y conforme a la medida de fe que le fue asignada.
7 Si la gracia que Dios le ha concedido es el diaconado, que es el don de servicio o ministración a otros, que use su don sirviendo y ministrando bien. Si la gracia que ha recibido es el don de maestro, use su don y cumpla su labor dedicándose a la enseñanza y a la doctrina.
8 Si la gracia que ha recibido es el don de exhortar y predicar, dedíquese a exhortar y animar a los demás; si la gracia que ha recibido es el don de repartir hágalo con generosidad y liberalidad. Si la gracia que ha recibido es el don de presidir, liderar y dirigir, cumpla su responsabilidad con diligencia y con todo esmero; si la gracia que ha recibido es el don de misericordia y de ayudar a los necesitados, hágalo con alegría.

Cada creyente tiene un lugar y una función dentro del Cuerpo de Cristo.

A todos nosotros Dios nos ha repartido, distribuido y entregado dones y capacidades específicas para su servicio.

No todos hemos recibido la misma función sino que cada uno tienen una asignación específica que cumplir dentro de su iglesia local.

Así que tenemos diversos y diferentes dones, que varían según la gracia que Dios nos ha concedido a cada uno de nosotros en su generoso amor para realizar nuestra labor dentro de la iglesia local a la cual pertenecemos.

Eso es lo que llamamos los dones de función o de servicio.

En estos dones hay tres categorías que hablan y cuatro categorías que hacen, y definitivamente te encuentras en alguna de ellas.

Los dones de función que hablan son el de profecía, el de enseñanza y el de exhortación.

Los dones de función que hacen son el de servicio, el de repartir, el de presidir y el de hacer misericordia.

En las próximas entradas los estaremos definiendo para ayudarte a encontrar tu lugar. 

sábado, 31 de enero de 2015

LOS DONES DE FUNCIÓN

LOS DONES DE FUNCIÓN


Romanos 12:3-8 (Biblia Textual)
3 Ordeno pues, por la gracia que me fue dada, a cada cual que está entre vosotros, que no piense más altamente de lo que debe pensar, sino que piense con sobriedad, según la medida de fe que Dios dio a cada uno. 
4 Porque así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función; 
5 así los muchos somos un cuerpo en Cristo, y cada uno, miembros los unos de los otros. 
6 De manera que teniendo diferentes dones, según la gracia que nos fue dada, si es de profecía, úselo según la analogía de la fe; 
7 si diaconado, en el servicio; el que enseña, en la enseñanza, 
8 el que exhorta, en la exhortación; el que comparte, con generosidad; el que cuida de los demás, con diligencia; el que hace misericordia, con alegría. 

En este pasaje encontramos los DONES DE FUNCIÓN o DONES DE SERVICIO.

Estos dones son gracias con las que Dios equipa a cada creyente para cumplir con su función o servicio dentro del cuerpo local al que pertenezcan.

Estos no son los dones del Espíritu de 1 Corintios 12:7-11, ni tampoco los dones ministeriales de 1 Corintios 12:28-30 y Efesios 4:11.

Tampoco son dones, como dice la enseñanza de los dones de motivación, basados en nuestro carácter y personalidad, pues son gracias (CHARISMATA en griego), así que no vienen de nosotros pero se manifiestan a través de nosotros.

Sino que son gracias, capacidades especiales, si quieren decir poderes dados por Dios con el propósito de habilitarnos para cumplir nuestra función o servicio dentro del cuerpo de Cristo, en particular, en la iglesia local a la cual pertenecemos.

jueves, 29 de enero de 2015

La Gracia y la Fe Trabajando Mano a Mano

La Gracia y la Fe Trabajando Mano a Mano 


La fe y la gracia siempre trabajan juntas para que podamos recibir todas las bendiciones que Dios ha provisto para nosotros. Ambas trabajan mano a mano para poder disfrutarlas.

El problema es que muchas veces no entendemos el papel de cada una y nos vamos al extremo quitándole su lugar a alguna de ellas.

Si podemos definirlas de una manera sencilla y práctica sería de esta manera:

La gracia es la disposición amorosa y favorable de Dios para darnos las cosas que Él proveyó para nosotros en Su Palabra por la obra de Cristo en la cruz.

La fe es la respuesta del hombre al escuchar las cosas que Dios nos proveyó  en Su Palabra por la obra de Cristo en la cruz para decirle si a Dios y recibirlo.

Entonces la fe y la gracia trabajan mano a mano.

En Romanos 4:16 dice: "Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros."

Es por fe, para que sea por gracia. 

Si vemos el capítulo 4 de Romanos veremos que está hablando de Abraham, como es que le creyó a Dios y le fue contado por justicia.

No fue por las obras de la ley ni los esfuerzos de la carne que recibió la justificación sino por la fe que se produjo en él al creerle a Dios.

En Romanos 5:2 Pablo nos dice como es que entramos en la gracia: "Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios." 

Entonces para entrar en la gracia, entramos por medio de la fe. 

La puerta de la gracia está abierta para todos pero el medio por el cual entramos es por medio de la fe.

En Efesios 2:8-9 vemos esto de una manera práctica respecto a la salvación:"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."

El regalo o don de la salvación viene de la gracia de Dios y lo recibimos por medio de la fe.

Algunos dice que la fe es el don, o que la gracia, la fe y la salvación es el don; pero no ven la palabra ESTO, esa palabra está en singular. Es decir implica una sola cosa. Además SALVOS es el sujeto de la oración.

Somos salvos por gracia, la salvación es el don y lo recibimos por medio de la fe. 

Luego, no es por obras, si la fe fuese el don de Dios significaría que podría recibirse por obras, y la fe no se recibe por obras sino por creerle a Dios.

Entonces, podemos ver como es que la fe y la gracia trabajan mano a mano; la gracia provee la salvación y la fe recibe la salvación.

De ahí podemos ver que la gracia es la parte de Dios y la fe la parte del hombre, y que ambas trabajan mano a mano para recibir las bendiciones del Evangelio.

miércoles, 28 de enero de 2015

¡Saca la basura de tu cerebro!

¡Saca la basura de tu cerebro!

No se amolden, ni imiten, ni vivan conforme a los criterios, conductas, costumbres, estándares, patrones y principios de este mundo actual para formar y moldear sus vidas. Cambien su forma de pensar y déjense transformar interiormente; renovando sus mentes y entendimiento de tal manera, que puedan apreciar, comprobar, conocer, discernir y experimentar cual es la voluntad de Dios para sus vida, es decir, lo que es bueno, lo que es agradable, lo que es perfecto.

- Romanos 12:2 (Biblia Expandida de Fe)

Vivimos en un mundo que continuamente nos ataca con sus modas y culturas, un mundo que convierte lo bueno en malo y lo malo en bueno. 

El bombardeo es continuo, en la TV, en en la radio, en el cine, en internet y ahora hasta en nuestros celulares.

¡Están llenando de basura nuestro cerebro!

¿Qué podemos hacer?

Sencillamente contraatacar.

¿Pero de que manera podemos hacerlo?

Cambiando tu forma de pensar renovando tu mente con la Palabra de Dios.

Santiago 1:21 (Biblia Corona de Jerusalén).
21 Por eso, desechad toda inmundicia y abundancia de mal y recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas. 

Desecha toda la basura que el mundo ha sembrado durante años en tu mente, y reprográmala, recibiendo la Palabra de Dios, sembrándola en tu mente y dejando que fructifique en tu vida.

Jesús nos hablo de ello en la Parábola del Sembrador:

Marcos 4:20
20 Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 

Mateo 13:23 
23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno. 

Aquí encontramos la clave para renovar nuestra mente, debemos OÍR la Palabra, pero eso no basta, debemos RECIBIRLA, y finalmente ENTENDERLA.

Esto requiere un trabajo paciente y constante, dejando que la Palabra haga efecto en nuestra vida.

Marcos 4:26-29 
26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; 
27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 
28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; 
29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado. 

No hay duda de que la Palabra hará un cambio en tu vida, solo déjala entrar y permite que renueve tu mente, para que seas transformado y puedas comprobar la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios para tu vida.

¡Saca la basura de tu cerebro!

domingo, 25 de enero de 2015

Misericordia para todos

Misericordia para todos


Pero tal como en otro tiempo ustedes eran rebeldes a Dios, mas la incredulidad y desobediencia de los israelitas ha servido para que ahora Dios tenga compasión y misericordia de ustedes.
Para que de modo semejante, ellos que son ahora los rebeldes, también puedan alcanzar compasión y misericordia por causa de la misericordia que Dios les ha concedido a ustedes.
En una palabra, Dios ha encerrado y sujetado a todos los hombres, lo mismo israelitas que gentiles, en rebeldía y desobediencia para poder tener compasión y misericordia de todos.
- Romanos 8:30-32 (Biblia Expandida)

La misericordia de Dios es tan grande, ese inmenso amor por nosotros es tan inmenso, a pesar que eramos enemigos de Él, nos extendió una invitación para poder participar de la vida eterna.

Eso fue lo que le decía a Israel en el versículo 29: "Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios." 

Todo lo que Dios les había dado gratuitamente, todas las bendiciones del pacto con Abraham, incluyendo la futura venida del Mesías en medio de ellos habían sido totalmente gratuitas, eran dones de gracia, o de Su propio favor hacia ellos.

Y el llamamiento, que en griego es klesis, y que significa la convocatoria para participar de estas bendiciones, seguían estando en pie, Dios no se había arrepentido de las promesas que hizo. Solo esperaba que le creyeran, que Cristo no fuese una piedra de tropiezo sino el motivo para que ellos participaran de esta convocatoria.

Jesús nos explicó esto claramente en Mateo 22:1-14, en la parábola de la fiesta de bodas.

La invitación primero a los judíos, y cuando estos no quisieron ir luego a los gentiles. Y luego cuando habla del invitado que fue echado porque no fue con el vestido de bodas, que nos habla que solo a través de la fe en la obra de Cristo en la cruz podemos entrar y jamás en nuestras propias acciones.

Como dice Pablo en Efesios 2:8-9: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."

Esa es la convocatoria, que pasó de los judíos a los gentiles, aunque ello no significa que para siempre serán rechazados, sino que aquellos que creyesen en el Evangelio alcanzarían la salvación.

Dios ha tenido misericordia de todos los hombres, tanto gentiles como judíos, y la convocatoria sigue en pie, el llamamiento para recibir esta compasión y misericordia de Dios es el mensaje que predicamos a todos los hombres: 

2 Corintios 5:17-20
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 
19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 
20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 

Este es nuestro mensaje: "¡Dios ha tenido misericordia de todos nosotros y se ha reconciliado con nosotros por medio de la obra de Cristo, no importa si eres gentil o judío, Dios ya hizo su parte, ahora te toca a ti, reconciliate con Dios!"

Es el mensaje que el Espíritu Santo y los creyentes te decimos hoy: "Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente" (Apocalipsis 22:17).

Dios ha tenido misericordia de todos, y ha hecho una gran convocatoria, es tu tiempo que  respondas vengas y tomes gratuitamente del agua de la vida.